Investigadores del MIT se han propuesto acabar con la necesidad de ir a todas partes con un pañito de microfibras. Gracias a un nuevo tipo de cristal desarrollado con tecnologías derivadas de la industria de los semiconductores, el Instituto Tecnológico de Massachusetts ha creado superficies de vidrio con una textura nanocónica que le confiere propiedades hidrófobas y autolimpiadoras, de forma que los productos fabricados con este tipo de cristal serían capaces de reducir los reflejos, repeler el agua y evitar la formación de vaho.
En lugar de ser lisa, la superficie del cristal está cubierta por una jungla de pequeños conos con una base de 200 nanómetros y una altura aproximadamente cinco veces superior, que además impediría la acumulación de partículas de suciedad. Una de sus características más interesantes es que estos cristales podrían limpiarse simplemente derramando un poco de agua; dado que son hidrófugos y la suciedad no se adhiere, las gotas de agua simplemente arrastrarían la suciedad sin dejar surcos ni residuos.
Sus creadores esperan que algún día puedan fabricarse todo tipo de productos con esta tecnología, desde ventanas domésticas a microscopios capaces de funcionar en condiciones de humedad, pasando por teléfonos móviles y paneles solares con una vida útil más prolongada, que estarían siendo objeto de experimentos.