Que seas o no una persona atlética y deportista podría estar ligado al tamaño de ciertas zonas de tu cerebro, según un estudio de la Universidad de California coordinado por Tehodore Garland. Usando imágenes de resonancia magnética funcional para analizar el cerebro de roedores criados durante generaciones para seleccionar a aquellos “amantes del ejercicio”, los investigadores observaron que su cerebro medio tenía un tamaño un 13% mayor de lo normal. En esta zona del cerebro residen los centros de control de los sistemas motor, auditivo y visual. Además, es esencial para el aprendizaje con recompensa y la motivación.
“Estamos ante la primera evidencia de que seleccionar un comportamiento en mamíferos -en este caso la predisposición de los rodeadores a dedicarse a correr voluntariamente en una rueda durante varias horas al día-, deriva en un cambio de tamaño en una estructura cerebral”, puntualiza Garland, que ha dado a conocer sus conclusiones en la revista The Journal of Experimental Biology.
En cuanto a las implicaciones para el ser humano, los autores argumentan que es posible que las diferencias individuales en la predisposición hacia el ejercicio puedan estar relacionadas con el tamaño del cerebro medio, e incluso que el volumen de esta zona pueda heredarse de padres a hijos, aunque habría que llevar a cabo estudios más específicos para poder extraer conclusiones.