Los yihadistas del Estado Islámico (EI) se han fijado como estrategia su expansión internacional, especialmente desde que hace nueve meses instauraran el denominado califato en las zonas que tienen bajo su control en Siria e Irak. La reivindicación a través de una grabación de sonido del ataque llevado a cabo en la capital tunecina el miércoles supone la primera aparición oficial del que está considerado grupo terrorista más poderoso del mundo en este país magrebí, donde aseguran que llevarán a cabo más atentados.
Eso no ha impedido que Túnez sea el país del mundo que más combatientes extranjeros ha exportado al frente abierto en Siria e Irak. Las estimaciones son entre 1.500 y 3.000 hombres, la mayoría enrolados en las filas del EI. Varios cientos combaten en la vecina Libia, donde fueron entrenados, según el Gobierno tunecino, los dos terroristas abatidos el miércoles. Ambos fueron captados en mezquitas de su país antes de viajar a Libia el pasado mes de septiembre, dijo el ministro del Interior, Rafik Chelli. Un portavoz del Ejército libio dijo hace tres semanas que el principal campamento del Estado Islámico acogía en ese país a entre 3.000 y 4.000 combatientes, muchos de ellos tunecinos, a solo 45 kilómetros de territorio tunecino.
Hasta ahora se había especulado con la posibilidad de que el principal grupo terrorista que operaba en Túnez, Ansar Sharía, o algunas de las células o brigadas de su entorno, hubiera jurado fidelidad al EI. Pero nunca ha habido un anuncio oficial, como sí ha ocurrido en otros países de la región.
Es más, en un intento de marcar terreno en la lucha que desde hace meses hay abierta entre el Estado Islámico y Al Qaida, la destacada brigada tunecina Oqba Ibn Nefaa publicó en enero un vídeo en el que insistía en su pertenencia a la órbita de Al Qaida del Magreb Islámico (AQMI), como recoge Sergio Altuna en un análisis del Instituto Español de Estudios Estratégicos. AQMI es la franquicia norteafricana del grupo fundado por Osama Bin Laden nacida de anteriores grupos terroristas argelinos y lleva una década extendiendo sus tentáculos por el Magreb y el Sahel.
Todo apunta a que EI y AQMI van a tratar de ganar influencia en Túnez, un país, a pesar del ataque del miércoles, menos salpicado por las matanzas y las luchas yihadistas que otros vecinos de la zona.
La mayor inestabilidad se vive en la vecina Libia, clara víctima de una revolución inconclusa de la Primavera Árabe que ha llevado a un verdadero estado anárquico. En el antiguo feudo del derrocado y asesinado Muamar Gadafi el Estado Islámico lleva meses haciéndose fuerte en medio de decenas de gerrillas y grupos armados heredados de la guerra civil.
El caos libio será determinante para los planes que las autoridades tunecinas diseñen para tratar de frenar la expansión terrorista en Túnez. De hecho, la última operación de desmantelamiento de células terroristas locales fue el martes pasado y en ella fueron detenidas 22 personas que pertenecían a un entramado para enviar combatientes a Libia.
Lo ocurrido en la capital de Túnez acelerará seguramente la toma de decisiones que se lleven a cabo desde Europa, donde el asunto de la seguridad ya fue abordado la víspera del ataque por el ministro de Exteriores tunecino, Taieb Baccouche.
Si Ansar Sharía ya era una amenaza para el que estaba considerado país más estable de los que acogieron la Primavera Árabe, la reivindicación por parte del EI del atentado del miércoles añade un grado superior de preocupación para el nuevo Gobierno tunecino, en el que conviven laicos e islamistas. Habrá que ver en todo caso si lo ocurrido estos días se traduce en una alianza oficial entre el Estado Islámico y Ansar Sharía y sus brigadas.
Degollado en Argelia
Además de en Libia, el EI operó en Argelia bajo el grupo de los Soldados del Califato, que degollaron a un francés al este de Argel en septiembre de 2014. Lo hicieron a imagen y semejanza de los asesinatos de occidentales llevados a cabo por el conocido yihadista John, pero después de aquello, a este grupo no se le conocen más acciones. En territorio argelino AQMI sigue llevando la voz cantante en actividades terroristas.
Fuente [Abc.es]