El pico Naiguatá es la elevación montañosa más alta de la Cordillera de la Costa, en cuyas faldas se asienta Caracas, la capital de Venezuela.Naiguatá es también el nombre de un pintoresco pueblo del litoral central. Ambos llevan el nombre en honor al aguerrido cacique Naiguatá de quien se dice que a pesar de su ferocidad, era un gran romántico y tenía un amor muy profundo por las gaviotas que en esos tiempos colmaban el lugar con sus cantos y aleteos y de las cuales decían que él podía interpretar los ocultos mensajes de sus vuelos, debido a que tenía poderes sobrenaturales.
Allí nació la agrupación musical folklórica Sardinas de Naiguatá de la mano del pescador Ricardo Díaz quien era trompetista y, con el interés de darle un aire moderno a la manifestación conocida como El Entierro de la Sardina de Naiguatá, le incorporó la trompeta, el teclado, el bajo eléctrico, además de un coro femenino a los tradicionales charrasca, tambor y cacho. Este conjunto musical no solo ameniza los carnavales sino también las fiestas de Corpus Christi y los bailes de San Juan. Además han llevado su música característica, mezcla de merengue dominicano con venezolano, fuera de nuestras fronteras.
El Entierro de la Sardina es un baile que se realiza el Miércoles de Ceniza, no solo en Naiguatá sino también en Osma, Chichiriviche de la Costa, Maiquetía y otras localidades costeras para cerrar el ciclo de las fiestas de carnaval. Como en la mayoría de las comparsas, hay un personaje central que en este caso es la sardina construida de cartón, pintada y luego bañada en escarcha, transportada dentro de una carroza de madera adornada con palmas, flores y muchas ofrendas. Antes del entierro se realiza una procesión encabezada por un fiscal quien se encarga de despejar las calles que recorrerá la peregrinación.
Más atrás van un sacerdote y un monaguillo seguidos del cortejo fúnebre. Continúan las viudas de las sardinas, generalmente son hombres vestidos de mujeres con maquillaje bastante exagerado, llorando, gritando de dolor y confesando sus pecados. También interviene el diablo, danzando de un lado al otro queriendo obstaculizar el paso del entierro y tratando de raptar a la sardina, pero es alejado por los personajes que representan a los policías quienes se encargan de mantener el orden hasta llegar a la plaza. Los participantes se llenan el cabello de harina o de talco y se pintan la cara con betún.
Al anochecer la sardina es lanzada al agua, mientras las viudas se lamentan, momento en el cual termina la procesión. Un baile similar a este se escenifica en el barrio San Millán de Puerto Cabello, estado Carabobo, pero se conoce como el Baile de la Hamaca cuya organización está a cargo del grupo folklórico Tambores de San Millán. Esta tradición rememora los antiguos procedimientos campesinos para el traslado de enfermos y el sepelio de sus muertos. Durante la romería se escenifica el velorio, el duelo, el recorrido y el entierro. Son tradiciones de más de cien años de existencia que siempre deben estar presentes en la cultura venezolana.
Por: Gliceria Gil / @glimargica