«El discurso político», por @jdsolorzano

La elaboración de un buen discurso político es indispensable para que una campaña tenga un final deseable; en ocasiones tenemos un excelente candidato, un tremendo equipo de proselitismo, pero con un mal discurso político que no logra enganchar a los electores, por ende, la construcción de un mensaje claro, conciso, enmarcado en una serie de valores sociales, psicológicos y culturales es indispensable para ganar, de lo contrario la mayoría de los esfuerzos que usted haga pudieran caer en un abismo.

Primeramente no todo lo que nosotros pensamos que siente o padece el pueblo es así, normalmente nuestra visión no posee equilibrio con el pensamiento de la gran mayoría de los votantes, recuerde que siempre nos contaminamos con las aseveraciones de amigos, familiares, compañeros de trabajo, de partido, vecinos, y nos desconectamos con el real pensamiento de la mayoría de los electores, he aquí donde aparece el instrumento, óigaseme bien el instrumento no el fin, de las encuestas y focus groups para medir científicamente cuales son las inclinaciones de los diversos públicos que conforman un universo comicial.

Al detectar cuales son las inclinaciones de la sociedad, luego de detectar como los diversos sectores del mapa político perciben a nuestro candidato, entramos a la fase de la construcción de un mensaje político que sirva de ente comunicante y lazo emotivo entre los votantes y el candidato.

Debemos explicarle a nuestros electores la razón por la cual somos candidatos, debemos expresar nuestra visión que tenemos sobre los problemas que existen en el país, estado, municipio o circunscripción, dependiendo cual sea el caso, con un ánimo humano, sencillo, coloquial debemos argumentar las razones por las cuales nos postulamos, la experiencia que traemos, se tiene que inyectar esperanzas a nuestros votantes.

El discurso político debe estar inmerso bajos los elementos de la creatividad y la sencillez, debe marcar una línea clara entre usted, como abanderado, y sus enemigos, estos pueden ser los adversarios electorales, condiciones emocionales, abstención, o muchos otros factores; el candidato, y más en las repúblicas caribeñas y latinoamericanas debe mostrarse como un fiel defensor de lo nuevo y como un hombre o mujer capaz de guiar con fuerza y determinación a los pueblos.

En una campaña usted debe construir en la psiquis de los electores una serie de imágenes que debe quedar plasmadas profundamente en la mente y el corazón de nuestros públicos, como son:

1-. Un escenario: Al candidato lo debe arropar una serie de circunstancias, elementos visuales, y aspectos tangibles, que ayuden a reforzar los mensajes difundidos en el marco del discurso político.

2-. Un héroe: Nuestro candidato debe ser un campeón en lo humano, en lo social, gracias a sus capacidades de lucha, por su inteligencia, por los dones que le ha dado el destino, o porque es sencillamente un ungido por la Providencia.

3-. Un problema: Qué se está viviendo en el país, estado, municipio o circunscripción que lo motivó a ser candidato.

4-. Una solución: Presentar, de forma creativa, única, sencilla, las soluciones de esos males que tanto agobian a nuestros electores.

5-. Un villano: El principio goebbeliano de construir un adversario que se debe derrotar. Nosotros el bien, ellos el mal.

6-. Una respuesta: El discurso de nuestro aspirante tiene que contener de forma clara las respuestas a todos los problemas, en definitiva usted es el “hombre” o la “mujer” que va a transformar para bien la realidad del pueblo.

Si usted plantea desde el inicio de su campaña electoral un discurso político coherente, que responda a los intereses reales de los electores, si usted acompaña este discurso con elementos visuales y escenarios idóneos para el buen proceso comunicacional, entonces va bien encaminado rumbo a un desenlace satisfactorio.