La mayoría de gente prefiere los días soleados que los lluviosos. También se siente más alegres y activas los días soleados que los lluviosos. Pero el un día soleado no sólo influye en el estado de ánimo, también se hace notar en decisiones importantes.
Porque, además de crear un marco más o menos agradable, el tiempo influye directamente en lo que vemos, en qué nos fijamos y en cómo evaluamos el mundo.
Maria Konnikova, una eminente psicóloga de Harvard, plasma algunos ejemplos sobre ello en su reciente libro ¿Cómo pensar como Sherlock Holmes?:
Los estudiantes que examinan las posibles universidades en las que matricularse prestan más atención a los aspectos académicos en los días lluviosos que en los días soleados, y la probabilidad de que un estudiante se matricule en una universidad dada crece un 9% por cada incremento en una desvicación típpica de la nubosidad el día que hace la visita. Otro ejemplo: cuando el día está gris, los agentes de bolsa tienden a tomar decisiones de menor riesgo, pero si el día es soleado su exposición al riesgo aumenta.
La exposición a la luz solar, nos aporta vitamina D y ésta afecta a los sistemas hormonales. Existe una monoamina neurotransmisora del sistema nervioso central, llamada serotonina, que está en parte condicionada por la luz solar, ya que disminuye al atardecer y aumenta al amanecer. Ésta tiene una función importante en la inhibición de la ira, la agresividad, el humor, el sueño…
Como contrapunto, sin embargo, Jaap Denissen y su equipo han realizado un estudio publicado en Journal Emotion, en el que niegan que exista una conexión destacable entre tiempo meteorológico y estado de ánimo: Denissen recolectó información de 1233 participantes a lo largo de toda Alemania. Durante un mes en distintas épocas del año, los participantes debían completar diariamente un cuestionario, donde se indagaba sobre las emociones positivas y negativas sentidas a lo largo del día. Finalmente, se compararon los resultados de los cuestionarios con la información provista por el Instituto Meteorológico de Alemania, sin encontrarse relación significativa, salvo un leve nivel de relación entre malas condiciones climáticas, como lluvia o frío y sensaciones de cansancio o tristeza.
Fuente: Xatakaciencia.com