Su capacidad de transformación le valió el nombre de «camaleón» en Hollywood. Robert De Niro, ganador de dos Oscar, es un maestro en todos los géneros. El protagonista de «Taxi Driver», que cumple este sábado 70 años, sigue en las pantallas de todo el mundo.
En una de sus últimas películas, «La gran boda» («The Big Wedding»), interpreta a un mujeriego entrado en años en una comedia en la que le acompañan estrellas como Diane Keaton o Susan Sarandon. Y próximamente echará la casa por la ventana en «Last Vegas», donde celebra una despedida de soltero junto con otros tres amigos sesentones.
De Niro ha hecho caja en los últimos años con sus papeles en taquilleras comedias. En «Analyze This» («Una terapia peligrosa») encarnó a un inseguro jefe de la mafia que se somete a terapia. Y en «Meet the Parents» («Los padres de ella») y sus dos secuelas se convierte en el suegro que hace la vida imposible a Ben Stiller. Todas estas películas están muy lejos, y no sólo temporalmente, de las cintas que convirtieron a De Niro en una leyenda, reseñó DPA.
Las escenas en las que en 1976 conducía por las calles de Nueva York como solitario taxista en «Taxi Driver» se han convertido en objeto de culto. Su potente interpretación hace que casi 40 años después la película no haya perdido nada de su inquietante energía. A partir de entonces De Niro se convirtió en uno de los más grandes actores de Hollywood, un experto en papeles marginales y personajes complicados.
Uno de los principales logros de De Niro ha sido su capacidad para meterse en la piel de sus personajes, ganándose el apelativo de «camaleón». Sobre todo en sus primeros trabajos, en los que preparaba con incansable meticulosidad sus papeles. Para interpretar al boxeador Jake La Motta en «Toro salvaje» («Raging Bull», 1980), aprendió a pelear durante un año junto con el propio La Motta. Y engordó 25 kilos para poder interpretar al ya ex boxeador durante la segunda mitad de la película.
Su esfuerzo se vio recomplensado y ganó su segundo Oscar como mejor actor protagonista. El primero lo había conseguido como mejor actor de reparto por su papel de Vito Corleone en «El Padrino. Parte II», de Francis Ford Coppola, papel para el que durante meses aprendió siciliano.
La carrera de De Niro se ha visto marcada por su trabajo junto con Martin Scorsese, con quien, además de «Taxi Driver» y «Toro salvaje», rodó otras seis películas, entre ellas «Malas calles» («Mean Streets», 1973), «Goodfellas» («Uno de los nuestros» 1990) y «El cabo del miedo» (1991).
Robert De Niro nació en 1943 en Manhattan en el seno de una familia de artistas de origen italiano-irlandés. Sus padres se separaron cuando tenía tan sólo tres años y el pequeño De Niro creció junto con su madre en el barrio neoyorquino de Little Italy, donde le llamaban Bobby Milk (Bobby Leche) por su tez clara.
A los 16 años dejó la escuela y actuó con algunos de grupos de teatro. Se formó en los talleres de Lee Strasberg y Stella Adler, con quienes aprendió su método actoral tan perfeccionado a la postre.
En sus 70 años ha rodado más de 80 películas y no ha dejado de lado ningún género. En 1989 rodó junto con Jane Fonda el melodrama «Cartas a Iris» («Stanley & Iris»), actuó junto con Al Pacino en el thriller «Heat» (1995) y con Dustin Hoffman en la sátira política «La cortina de humo» («Wag the dog», 1997).
La última de sus siete nominaciones al Oscar la recibió este año, por su papel de reparto como padre de un hombre depresivo en «Silver Linings», aunque el galardón fue a parar a Christoph Waltz («Django desencadenado»).
En Nueva York, su ciudad natal, gestiona con su productora Tribeca el festival del mismo nombre, un proyecto que inició tras los atentados del 11-S para reavivar la golpeada zona del sur de Manhattan.
Padre de seis hijos, De Niro vive en la ciudad que nunca duerme con su segunda mujer, Grace Hightower, de 58 años. El primer hijo de la pareja, Elliot, nació en 1998. La última, Helen Grace, nació en 2011 a través de un vientre de alquiler.