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UNASUR, la coalición política inventada por Hugo Chávez y Luis Ignacio Lula Da Silva en 2008 para tratar de acabar con la OEA, la cual sirve de sustento político y diplomático a la pobre revolución de Nicolás Maduro, se ha convertido en un club de 12 naciones cuya misión parece ser la de aprovecharse hasta la saciedad del petróleo y de los recursos financieros de Venezuela.
Pero eso no es lo peor: UNASUR pareciera haber sido tomada por los carteles de la droga. Las principales cabezas que actualmente se encuentran al frente de UNASUR han sido denunciadas por presuntos vínculos con el narcotráfico. Ernesto Samper Pizano, ex presidente de Colombia, y Desiré “Dési” Delano Bouterse, presidente de Suriname, tienen sendos expedientes en sus respectivos países, en los cuales se les vincula con el narcotráfico internacional.
Samper, quien recién acaba de ser juramentado como Secretario General de UNASUR, producto de un acuerdo entre Nicolás Maduro y Juan Manuel Santos, fue denunciado por Humberto de la Calle, ex vicepresidente de Colombia, quien declaró a El País de España, el 25 de septiembre de 1995: “Hasta ahora las pruebas y los indicios más bien señalarían que sí hubo presencia del dinero del narcotráfico en la campaña (de Samper)”.
El Diario El Tiempo de Colombia, publicó el 28 de abril de 1996 que “Nelson Urrego, un presunto narcotraficante le anunciaba a Elizabeth Montoya el envío de cien mil dólares como contribución a la campaña Samper (…) Montoya, conocida como “La monita”, le dijo a la DEA, haber sido el enlace entre el cartel de Cali y Ernesto Samper en la campaña presidencial de 1990, cuando el entonces candidato liberal estaba buscando ayuda económica para financiar su campaña”.
El juicio contra Samper fue aprobado el 27 de febrero de 1996 por la Cámara de Diputados del Congreso de Colombia, pero el 6 de julio de 1996 fue absuelto gracias a la astuta defensa del ministro del Interior Horacio Serpa quien logró convencer a la bancada liberal (el mismo partido del presidente) para que actuara a su favor. Por 111 votos contra 43 se archivaron los cargos contra Samper, quien quedó como ni culpable, ni inocente. El proceso fue precluído.
El presidente pro tempore de Unasur, quien asumió el cargo el 30 de agosto de 2013 es el presidente de Suriname, Desiré “Dési” Delano Bouterse. Su hijo, Dino, fue detenido en 2013 en Panamá y deportado a EEUU, acusado de presunto tráfico de drogas y nexos con organizaciones terroristas. El País dijo que “la captura del hijo del gobernante recordó los viejos nexos del mandatario surinamés con el narcotráfico y con otras mafias del crimen organizado desde 1980”.
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Dino, de 40 años, era jefe de una unidad antiterrorismo del Gobierno de su padre. Una Fiscalía de EEUU pidió su detención por los presuntos delitos de conspiración para enviar 10 kilos de cocaína en una maleta en un vuelo comercial a EEUU, en una negociación con el surinamés Edmund Munstlag, de 29 años, socio de Dino, detenido en Trinidad y Tobago y trasladado también a Nueva York.
El País publicó el 2 de septiembre de 2013 que “en 1980, con apenas 35 años, Desi Bouterse encabezó una rebelión de sargentos que instaló una férrea dictadura castrense que gobernó hasta 1988 (…) En 1990, Bouterse volvió a dirigir un golpe de Estado y aunque en 1991 aceptó avanzar hacia un aparente sistema democrático, en los últimos 20 años ha sido el rostro del control militar, político y socioeconómico de esa nación (…) En unos comicios realizados en mayo de 2010, ganó la presidencia vía electoral y asumió el cargo en agosto de ese año en medio de profundos cuestionamientos internacionales”.
Un tribunal holandés condenó a Bouterse en 1999 a 11 años de prisión por un contrabando de 474 kilos de cocaína. Pese a su turbio historial de atrocidades y violaciones a los derechos humanos y de comprobados vínculos con el crimen organizado, el jefe de Estado forjó en 2010 una estrecha relación con el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien le regaló un retrato de Simón Bolívar.
El Diario El Colombiano publicó el 29 de agosto de 2014 que “Dino Bouterse, hijo del presidente surinamés, se declaró culpable en un juicio en EEUU por narcotráfico e intentar apoyar al movimiento chií libanés Hizbolá”.
¿Estaría Dino haciendo todo esto a escondidas de su padre?
De acuerdo con la acusación formal, Dino Bouterse asistió en 2013 a presuntos miembros de Hizbolá que «tenían intención de dirigir ataques terroristas contra los intereses estadounidenses», a cambio de «un multimillonario soborno». El hijo del presidente surinamés supuestamente aceptó que en su país se montara una «base permanente» de Hizbolá que, entre otras misiones, tenía la de lanzar ataques contra objetivos estadounidenses.
Cómo puede observarse, UNASUR, el brazo político de la revolución de Chávez y Maduro pareciera estar bajo el control de las mafias del narcotráfico. Ahora se entiende porque esa organización no tiene ningún interés en ayudar a que se recupere la democracia en Venezuela.
Por Gustavo Azocar Alcalá