El Diario el País de España acaba de cometer uno de los peores errores de que se tenga noticia en el periodismo mundial. El País, uno de los periódicos más prestigiosos de habla hispana, ha publicado una fotografía en la que aparecía un sujeto al que confundieron con el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien como se sabe, tiene casi dos meses hospitalizado en La Habana, padeciendo de cáncer.
Los principales responsables del periódico, en un hecho que los enaltece, han admitido haber sido engañados. Peor aún: admitieron no haber confirmado la veracidad de la fotografía. Una agencia de noticias les vendió la foto por 10 mil euros, aduciendo que se trataba de una imagen exclusiva del Presidente Hugo Chàvez, entubado y aferrado a una cama.
La desesperación por dar una primicia mundial (un tubazo, diríamos en Venezuela) llevó a los responsables de ese Diario a cometer un error garrafal: publicar una noticia sin confirmar, sin cotejar, sin tener la certeza de que se está frente a un hecho cierto, y eso, en periodismo, se paga muy caro. Una máxima del periodismo dice que cuando tu mamá te diga que es tu mamá, debes confirmarlo.
El Diario El País publicó la foto de un mexicano hospitalizado durante el año 2008, a quien ha confundido con el Presidente Hugo Chávez. La foto no era falsa, era real, pero el personaje que aparecía en la foto no era Hugo Chávez. El País ha informado a sus lectores la grave metida de pata y ha asumido su responsabilidad. El gazapo le ha costado al periódico la bicoca de 225 mil euros. Pero eso no es lo peor: el mayor costo lo pagará en su credibilidad, en su prestigio, y en la confianza que de ahora en adelante le tendrán sus propios lectores.
Pero los que deben estar felices y contentos son los cerebros del G2 cubano. No hay ninguna duda de que la trampa que le montaron a El País fue diseñada por la inteligencia cubana. De hecho, antes de que saliera publicada la supuesta foto de Chàvez en El País, los expertos del G2 ya habían puesto a circular otra foto vieja, de hacía varios meses atrás, donde aparecía Chávez junto a su familia. Esa primera foto fue inutilizada y descartada por los medios de comunicación en muy pocos minutos.
El G2 sabía que desde hace casi 2 meses, decenas de periódicos del mundo buscaban ansiosamente esa imagen, esa foto, que mostrara al Presidente Hugo Chávez en cama, casi moribundo, en un hospital lujoso de La Habana. La inteligencia cubana se propuso darle a los medios internacionales la foto que tanto deseaban. Y lo consiguieron.
El error de El País no sólo fue publicar una foto trucada. Su peor error fue creer que esa foto valía 10 mil euros. Una foto real de Hugo Chávez entubado y moribundo valdría por lo menos un millón de dólares. Qué cubano se atrevería a arriesgar su vida y la de su familia por apenas 10 mil euros?
Cuando la agencia que estaba vendiendo la foto, se tranzó por apenas 10 mil euros, el periódico entero ha debido entrar en sospecha. Pero no ocurrió así. Muy pocos hicieron ver que podía tratarse de una trampa. Y el periódico cayó en ella.
La metida de pata del país nos demuestra, una vez más, que al mejor cazador se le va la liebre, pero el mismo tiempo le hace un gran favor al G2 cubano, porque, si por alguna casualidad, mañana o pasado alguien tomara una foto real y verdadera de Hugo Chávez enfermo y hospitalizado en La Habana, ¿quién carajo va a creer ahora que esa foto es de verdad?
Soy de quienes creen que la publicación de una foto real de Hugo Chávez hospitalizado y entubado, también conlleva una responsabilidad ética. Si yo tuviera esa foto en mis manos, jamás la publicaría. Al menos no sin el consentimiento de sus familiares. Una cosa son las diferencias políticas que uno puede tener con Chávez, y otra cosa muy distinta es apostar por el periodismo amarillista y carroñero. Considero que aún teniendo una foto real y verdadera, hay límites dentro del periodismo, que no se pueden traspasar jamás.
Todo medio de comunicación y todo periodista, siempre quiere publicar una “primicia”. Pero ojo: el deseo de tener una primicia en las manos nunca puede ir contra los principios éticos que rigen el periodismo. No se puede publicar o difundir algo que no está confirmado y verificado. Encuestas muy serias hechas en diferentes partes del mundo indican que un 40% de los lectores, televidentes y radioescuchas ya no creen en los medios de comunicación.
La metida de pata de El País sirve para todos aquellos que hacemos periodismo. Cuando un medio pierde credibilidad eso nos afecta a todos por igual.
Gustavo Azocar Alcalá / @GustavoAzocarA