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No son pocas las divergencias de la directiva del Banco Venezolano de Crédito con las políticas del actual gobierno.
Su presidente, Oscar García Mendoza, suele expresar sus opiniones de forma libre y por diversos medios de difusión como las entrevistas así como los artículos de opinión y los libros de su autoría.
Fruto de su interés por las políticas económicas del país son volúmenes como “Crónica involuntaria de una crisis inconclusa” y “Comentarios al borde del caos”, donde analiza diversas situaciones del acontecer financiero.
“Siempre me he preocupado mucho porque quiero que el país siempre vaya lo mejor posible. Por eso doy mi opinión sobre cómo se pueden corregir y mejorar las cosas. Hay que defender la propiedad, la libertad y la democracia”, explica el banquero.
Al momento de definir sus desacuerdos con la actual gestión es enfático: “Este gobierno estimula la inflación lo que destruye la moneda. Al hacerlo acaba con el patrimonio de los venezolanos. La inflación es un robo porque es un impuesto que el gobierno le aplica a todos los ciudadanos y que especialmente afecta a los menos pudientes que no pueden protegerse”.
En dos situaciones estas divergencias han terminado en los tribunales nacionales:“Tenemos dos casos: uno donde el Banco Central de Venezuela nos incrementó el encaje legal sin ninguna razón por lo que interpusimos un recurso ante el Tribunal Supremo de Justicia al que ahorita se le está dando seguimiento.
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El otro fue el caso de la Gran Misión Vivienda Venezuela donde obligaron a los bancos a comprar unos bonos que nosotros tampoco aceptamos, fuimos el único banco que no lo hicimos.
Actuamos así en defensa de los intereses de los depositantes que tienen una confianza fiduciaria en nosotros. Ellos quieren que su dinero esté colocado en los papeles más solventes posibles y nosotros consideramos que esos bonos no serán solventes en el futuro”.