El amor apasionado y compulsivo de las telenovelas «provoca situaciones que después se convierten en violencia de género», según una experta.
El tipo de amor apasionado y «compulsivo» que se muestra en las telenovelas «provoca situaciones que después se convierten en violencia de género», señaló a Efe la artista española Carmen Siglere.
En este tipo de contenidos televisivos parece «como si toda la vida girara alrededor de conseguir el amor y al final el matrimonio, la boda como final feliz», sostiene Sigler, quien imparte estos días en el Centro Cultural de España en La Paz un taller sobre los estereotipos de género en los cuentos tradicionales y las telenovelas.
Para la artista, el que la boda de los protagonistas sea la única posibilidad de final feliz en los también llamados «culebrones» está «muy relacionado con el final» de los cuentos tradicionales.
«Cenicienta», «Blancanieves», «La Sirenita», «Pocahontas», «La Bella Durmiente» y «Caperucita Roja» contienen, según Carmen Sigler, numerosos ejemplos claros de personajes estereotipados y las versiones cinematográficas que Walt Disney hizo de estas historias «no sólo no han mejorado» este problema, «sino que lo han empeorado».
«Tenemos la princesa, la bruja, la madrastra, la hermanastra, el príncipe, el antihéroe… estereotipos impresos en la memoria colectiva, y en las telenovelas estos mismos roles se han mantenido», afirma Sigler.
Dicho género televisivo -resalta- abusa especialmente del estereotipo de La Cenicienta, la criada dulce y débil sometida a los abusos de otras mujeres malvadas, en este caso su madrastra y hermanastra, una situación de la que sólo será salvada por un hombre, el príncipe.
Sigler recuerda haber visto durante su infancia películas clásicas como «Blancanieves» y percibir «un ser falso», tan perfecto que se aleja de la realidad.
«Y a lo mejor ves a la bruja y te parece más humana», apostilla.
También cita el libro «Mujercitas», de Luisa M. Alcott, y sus posteriores adaptaciones cinematográficas, como «el colmo del estereotipo».
«La mayor es la que enseguida se va a casar, la otra una artista, otra es la bella y otra la débil que al final se muere», refiere esta artista granadina cuyo videotrabajo se centra desde hace años en la reflexión sobre la situación de las mujeres.
Sin embargo, Sigler considera que también hay «muchos» aspectos «rescatables» en la narrativa tradicional, como el «apoyo entre las mujeres».
«El cuidar de la fuerza de la línea materna, la tradición de que las mujeres se junten y cuenten historias, la figura de las mujeres sabias, la importancia femenina en las leyendas hasta el siglo XVI, cuando empezó la quema de brujas», sostiene.
También hay películas que a su juicio «rompen moldes», como «Strómboli», de Roberto Rossellini (1950), una cinta en la que el personaje interpretado por Ingrid Bergman impactó a Sigler, aunque «la mayoría se mantienen en los roles estereotipados, y hay muchos estudios que lo constatan», subraya.
«Frente a ello, deberían hacerse más estudios sobre el tema. Crear cuentos que rompan clichés, que desmonten estructuras, que se reflexione, porque es cierto que hemos avanzado en muchos aspectos, pero el tema amoroso parece que todavía nos falta trabajarlo», asevera.
Esa es precisamente la tarea que la artista desarrolla estos días en Bolivia en el videotaller «Érase una vez…», en el que se analizan los estereotipos de género y que forma parte de las actividades organizadas por el Centro Cultural de España con motivo del Mes de la Igualdad y que coincide con la celebración hoy del Día Internacional de la Mujer.
EFE