Los estadounidenses se unieron hoy en un doloroso recuerdo, durante el décimo aniversario de los ataques del 11 de septiembre de 2001, en el que murieron casi 3.000 personas y que sumieron al país en una época de guerra y amarga división interna.
El presidente Barack Obama y su predecesor, George W. Bush, asistieron juntos en la Zona Cero de Nueva York a la principal ceremonia en el enclave de las Torres Gemelas destruidas. Luego, Obama se dirigió a los actos de homenaje que se realizarán en los otros sitios de la tragedia del 11-S, en Pensilvania y el Pentágono.
Tras la advertencia de las autoridades federales de una nueva amenaza terrorista, Nueva York estaba bloqueada y la seguridad en otras ciudades importantes también fue reforzada, con Obama pidiendo un "aumentado de la vigilancia y la preparación".
La ceremonia se inició en Nueva York con un desfile de gaiteros y la entonación del himno nacional, antes de una pausa para observar el primero de los seis minutos de silencio que marcan las horas exactas en que los cuatro aviones secuestrados se estrellaron y en que las dos Torres Gemelas se desplomaron.
El cielo sobre Nueva York estaba despejado, recordando el brillante telón de fondo para los horribles ataques por sorpresa contra el World Trade Center, donde 2.753 de las 2.977 víctimas de ese día murieron en el infierno posterior al colapso de los rascacielos.
Como todos los años desde el 11 de septiembre de 2001, familiares de los fallecidos se turnaron para leer los nombres de sus seres queridos, una letanía acompañada por el virtuoso violonchelista Yo-Yo Ma.
Los lectores luchaban por mantener las emociones bajo control cuando pronunciaban los nombres de sus seres queridos. "He dejado de llorar, pero no he dejado de extrañar a mi padre. Fue increíble", dijo un joven. Como reflejo de un sentimiento creciente de que es hora de pasar la página del 11-S, el ritual de la Zona Cero en esta ocasión estuvo acompañado por muestras de optimismo.
En lugar de las caóticas imágenes de las obras en construcción y la gran fosa que ha marcado el bajo Manhattan desde hace años, la ceremonia de este cuenta con una flamante torre, aún en proceso de construcción, el 1WTD y otros signos de progreso.
También se inauguró un memorial que consiste en dos enormes fuentes construidas en el lugar donde antes se erigían las torres gemelas, con los nombres de las víctimas escritas en bronce sobre sus bordes.
A pesar de que las agencias de inteligencia estadounidenses estaban tras lo que dijeron que era una amenaza "creíble pero no confirmada" de un ataque de Al Qaeda con motivo del 11-S, Obama aseguró que el terrorismo nunca ganaría.
"Vamos a proteger el país que amamos y pasar a salvo este momento (y llegar) más fuertes y más prósperos para la próxima generación", dijo. "Hoy, Estados Unidos es fuerte y Al Qaeda está en el camino de la derrota", anunció.
Obama y Bush asistieron a la ceremonia juntos por primera vez, y allí se encontraron con familiares de las víctimas, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, y su predecesor, Rudolph Giuliani, quien estaba a cargo de la ciudad hace diez años.
[Fuente: AFP]