Hace algunas semanas la Rita había terminado con su pololo, llegó llorando a la oficina y todas mis compañeras se cuadraron con su dolor. La enchularon una semana entera y la sacaron a cuando Happy Hour se les cruzó en el camino.
El caso es que ahora pidió vacaciones por una semana y se fue junto a su eterna confidente y amiga Camila, nada menos que a San Pedro de Atacama a ponerle la guinda de la torta a su supuesto duelo amoroso. Para eso eligió San Pedro, sí, el mismo lugar donde tal vez fue a parar el marido de la Patricia Maldonado, el negro Piñera y todos aquellos que algún día dijeron que tuvieron un “encuentro cercano del tercer tipo”.
Rita dijo que con este viaje culmina su proceso de sanación post pololeo. Claro, primero ingirió cuanto alcohol encontró en Santiago y ahora viajó para limpiar su cuerpo y su caña.., perdón quise decir su mente.
¿Qué tendrá el norte y en especial esa zona de San Pedro o el Valle de la Luna? En los años noventa, se dijo que Pink Floyd vendría a tocar a Chile y que lo haría allí. Hubo una especie de sicosis en la época y el pueblo engrupido con la pomada, más que estar preocupados de las fechas o eventualmente de conseguir las entradas, se estresaron buscando la mejor marihuana que se vendiera en Santiago y llevarla al concierto, que dicho sea de paso, jamás estuvo ni siquiera cerca de realizarse.
Recuerdo que unos amigos se auto-engrupían solos y decían que habían reservado un espacio porque el lugar ya estaba demarcado, saaaa, ¡las pelotas! Con suerte llegó Rogers Waters y al Nacional. En todo caso estos se engrupen hasta con los tributos en el Paseo Ahumada.
En fin, cuando alguien está mal, cuando quiere hacer cosas distintas, limpiarse, sanarse o simplemente irse en la volá, siempre el lugar elegido es el norte y en especial San Pedro.
Como que es ondero, como que viajar al norte es para los jóvenes y el sur es para la familia.
Que me perdone Rita, pero su “sanación” también la podía hacer en el Cajón del Maipo, El Manzano o en la subida Antupirén. Para mí, más que nada fue a tratar de conocer a algún gringo, con bermuda, sombrero, barbita, anteojos tipo John Lennon y cámara Nikon colgada al cuello. Así le gustan a ella.
Demás esta decir que la Rita se ha transformado en una celebridad dentro de esta oficina y todo por ser la primera que pateó a su pololo sin derramar ni una lágrima durante el momento que lo hizo. Claro que después en la ofi, éramos poco menos que la teleserie Topacio. Uno entraba y pa! drama, salía, y pa! drama otra vez. En esa época estaba de moda la zaga de comerciales de Escudo y le dije así como flaite… “Damas…, ¿por qué no se escurren de la mente? Tanto lagrimeo, si Chile esta lleno de hombres terrible de gentelman y solteros”. Hacerme el chistoso esa vez me significó un empapelamiento vip, privado y personalizado de garabatos premium, porque según mis compañeras “Sex and the city”, soy un insensible. Pero el tiempo me dio la razón ¿adónde esta la Rita hoy jaraneando?…en San Pedro la perla!
Dicen que esa zona es fértil, y que las mujeres quedan embarazadas con sólo respirar el aire lleno de feromonas sueltas.
Lo bueno de todo es que los viajes al norte algo tienen. Una amiga me contó que también fue hasta allá a “descansar”. Claro, el lugar es espectacular, pero terminó muerta de sueño con los famosos tour a los geiser. Una vez hizo amistad con un grupo de extranjeros. Ella estaba decidida a lanzarse a la vida con uno de ellos, pero la pescaron menos que caballo con sarna. “Es que los gringos se engrupen más y ese día andaban buscando sensaciones extremas”, dijo.
Pero estoy seguro que eso no le pasará a Rita y Camila, puesto que se fueron directo destrozar esos mitos y a reventar los 10 mil pesos diarios que tenían de presupuesto. Acá nada importa puesto que la Rita culmina su etapa de duelo sentimental en un lugar ideal, lleno de magia y de sensaciones nuevas luego de acabar con una relación tortuosa, algo que según ellas todas deberían hacer, y si no es San Pedro, será cualquier lugar, pues como dice mi compañera, los duelos amorosos deben ser rápidos, gozados e inolvidables.