El calzado deportivo determina en gran medida las patologías del pie. En el fútbol, la clave es la colocación de los tacos; en el running, la amortiguación para soportar el peso del cuerpo; y en el baloncesto, la rigidez del material para evitar los esguinces de tobillo
Cuenta la leyenda que las geishas se han vendado los pies durante siglos para favorecer su aspecto físico y entronizar esa imagen delicada, de porcelana, que enlaza con la esencia del perfume: siempre se vende en frasco pequeño. Estas mujeres japonesas, garantes de la tradición de un país arraigado en sus costumbres, han transmitido de una generación a otra la necesidad de tener un pie pequeño, sutil, primoroso… El pie es, en realidad, un foco de problemas si, como las geishas, se pretende distorsionarlo a voluntad. En materia deportiva, el refrán se puede aplicar casi al pie de la letra: dime lo que calzas y te diré lo que padeces.
El calzado debe adaptarse al deporte y al terreno y nunca debemos comprar las que se pongan de moda
En el primer mundo disfrutamos de casi todos los privilegios de la abundancia en contraste con la escasez de los países subdesarrollados.No hay zapatos a la medida, pero casi. Es bastante frecuente cruzar el umbral de cualquier gran almacén, y más en los dedicados al deporte, y toparse con la pregunta: «¿Es usted pronador, supinador o neutro?». Algo así como averiguar de qué lado carga el torero…
Pronador y supinador
Pronador es aquel que tiene las piernas en forma de X y desgasta el zapato hacia adentro. Supinador, el que presenta articulaciones en forma de rombo y desgasta hacia afuera. Se trata del primer paso para dar con el calzado adecuado a cada deportista, principiante, habitual o pseudoprofesional.
Elegir bien depende de unos factores concretos. Esto explica Isabel Guillén, especialista en cirugía ortopédica y traumatología de la clínica Cemtro. «El calzado deportivo debe contar con determinadas propiedades. Debe ser anatómico y cómodo. Conviene que se adapte específicamente al deporte y al terreno donde se practica. Es muy importante que absorba la carga de las ondas de choque, por ejemplo en el running. También que no se deforme con facilidad. Si se tiene la opción de realizar un estudio biomecánico, que analice la forma de andar, mucho mejor».
Cuidado con las uñas
Los riesgos de decantarse por una zapatilla equivocada pueden originar lesiones de laboriosa recuperación. «Pueden ser ungueales, dérmicas y biomecánicas -responde Isabel Guillén-. Las uñas se infectan, producen inflamaciones y provocan una incapacitación rotunda. También las rozaduras… En el aspecto biomecánico existen muchas patologías. La sesamoiditis, la metatarsalgia o la fascitis plantar».
La sesamoiditis es la inflamación de los huesos sesamoideos. Se produce en la parte inferior del pie, detrás del dedo gordo. La metatarsalgia es un síntoma consistente en un dolor plantar en la parte anterior del pie y la base de los dedos, el tipo más frecuente de dolencia en esta zona del cuerpo. La fascitis plantar es una inflamación aguda en la planta del pie. Ocurre cuando la banda gruesa del tejido se estira o se sobrecarga demasiado.
Las «zapas» de moda
«Al igual que sucede con todo tipo de calzados, lo ideal sería hacer las zapatillas deportivas a medida de cada persona -comenta la doctora Guillén-. El problema social con el que convivimos es que los padres y los hijos acuden al centro comercial o a la tienda y lo primero que solicitan son las botas de Cristiano Ronaldo, Messi, Diego Costa o cualquier otro futbolista de primera línea. Nos dejamos arrastrar por las modas y no prestamos la atención que debiéramos a la salud».
Hace un par de décadas, el doctor Pedro Guillén, una eminencia en España en lesiones de rodilla y articulaciones, modificó el ecosistema de las dolencias en el pie cuando le recomendó a un jugador de la Real Sociedad que variase la posición de los tacos de su bota de fútbol. Así consiguió amortiguar una fascitis plantar que atormentaba al deportista.
Radiografía con botas
En el fútbol profesional de nuestros días, los jugadores de los clubes pudientes se hacen muchas radiografías con la bota puesta para diagnosticar el alcance de la lesión. La conclusión parece, pues, evidente. «En una bota de fútbol lo más importante es el taco», razona la doctora Guillén. «Ante la duda de césped artificial o natural, el futbolista siempre debe usar suela con multitacos. El tipo de terreno es básico. El taco grande sujeta más, pero también provoca más lesiones. El taco pequeño no sujeta tanto, pero el riesgo de lesión es menor».
Los tacos, como el calzado de todos los deportes, han evolucionado para ajustarse a la anatomía del pie y a los campos de juego. Los antiguos, de tamaño largo, se agarraban con firmeza al suelo. Derivaron hacia los circulares -que proporcionan mayor rapidez de desplazamiento al jugador, pero se aferran menos- y actualmente hacia los ovalados, un término medio que suministra las virtudes de ambos. «Al margen del tipo de botas y de tacos, en el fútbol es primordial una norma básica para evitar lesiones: saltar siempre. Cuando el pie está apoyado en el suelo, el riesgo de un daño físico es muy elevado», aclara Isabel Guillén. Las lesiones más frecuentes en el fútbol son de tipo muscular.
Para correr
Las zapatillas de carrera continua son la sensación desde hace tiempo en muchas ciudades y pueblos de nuestro país. El «running» causa furor porque es un deporte barato -todo el mundo sabe correr y puede calzarse unas deportivas-, puede practicarse tanto en solitario como en compañía de otros y genera una satisfacción muy concreta: el progreso es inmediato siempre y cuando se mantenga una continuidad en las salidas.
«Aquí lo fundamental es la amortiguación -cuenta la doctora Guillén-. Cada vez que damos una zancada acompañada por el salto, multiplicamos nuestro peso por tres al cargar sobre el suelo. Necesitamos zapatillas que moderen cada pisada y que tengan dibujo de estrías en la suela. Es interesante que se sujeten bien a la superficie. En este sentido, da un poco lo mismo si se trata de asfalto o tierra. Y siempre es mejor un calzado que no sea duro. De tejido y no de cuero».
Meniscos en el tenis
Las patologías más comunes en el tenis son las que conciernen al menisco externo contrario a la mano dominante. Pierna izquierda en un diestro y viceversa. Este cartílago sufre de manera especial en el saque del tenista. Por este motivo, las recomendaciones de la doctora respecto a este deporte son «zapatillas con estrías que se agarren bien al terreno de juego. Aquí influye mucho la superficie. En tierra es mejor un calzado de cuero. Y en hierba o pista dura, calzado de tejido».
En el baloncesto se impone la bota rígida para prevenir los esguinces de tobillo, la dolencia más habitual en las canchas. Los jugadores de basket suelen vendarse los tobillos como práctica costumbrista en su liturgia de vestuario. «Los bases llevan el calzado más ligero porque tienen que desplazarse con rapidez. Los pívots utilizan un material más rígido porque tienen menos movilidad», explica Guillén.
El tipo de material es similar en el balonmano, aunque más liviano de peso. También en el voleibol, donde se emplea un calzado parecido al del baloncesto y el balonmano. El ciclismo se adapta a otra clase de utensilios: zapatillas muy rígidas, de suela consistente que sean capaces de transmitir energía. Y en el motociclismo predomina el botín tipo jaula. Tan recio como una cápsula para evitar las fracturas en los tobillos. El pie casi no se usa en las motos, pero los impactos suelen traer fatales consecuencias.
Por deportes
J.C. CARABIAS
Fútbol: Lo fundamental es el tipo de taco que se utiliza respecto al terreno de juego y la colocación del mismo en la suela de la bota.
Esquí: El asunto para evitar lesiones no es la clase de bota, sino la fijación a los esquíes. Si el botín no salta de la tabla en caso de accidente y se queda sujeto, la rodilla suele sufrir las consecuencias. En concreto, los ligamentos
Baloncesto: Zapatillas altas y rígidas que sujeten los tobillos y prevengan los esguinces. Material ligero para los bases y duro para los pívots
Tenis: Lo mejor es calzado de cuero con estrías para las superficies de tierra batida y de tejido con el mismo agarre para la hierba y la pista dura
Carrera: La clave del running es la amortiguación de sus zapatillas. En cada pisada, el peso del cuerpo se multiplica por tres
Ciclismo: Calzado de suela rígida cuyo objetivo es transmitir energía (watios, concretamente) a cada pedalada en la bicicleta
Fuente [Abc.es]