Un día de furia en Las Vegas terminó con cinco muertos, entre ellos dos policías y la pareja de atacantes, en un confuso episodio -en teoría sin motivo aparente-, pero que esta mañana los investigadores vinculaban con grupos supremacistas blancos.
La pesadilla se desató a las 11.30 de la mañana del domingo en una cafetería de la cadena CiCi’s, cuando un hombre y su esposa entraron al grito de «¡Revolución!» y mataron a tiros a dos policías que estaban almorzando. Uno de ellos recibió un disparo en la cabeza y murió en el acto, mientras que el otro fue herido gravemente, pero falleció cuando era trasladado al hospital. La pareja se apoderó de la armas y municiones de los oficiales y se trasladaron a un Wal-Mart vecino donde mataron a una mujer que estaba en la puerta. Se enfrentaron a tiros con la policía que llegó al lugar y luego se suicidaron.
Los policías asesinados fueron identificados como Alyn Beck, de 42 años, e Igor Soldo, de 32.
Los atacantes «llevaban mochilas y observé que tenían pistolas en la mano», dijo un testigo, Alvaro López, a la televisión local KLAS.
«El hombre me dijo que avisara a los policías que ésta era una revolución y que él acababa de matar a dos milicos adentro de CiCi’s», dijo López.
Mientras decenas de clientes de Wal-Mart huían atemorizados comenzó un tiroteo entre los sospechosos y los agentes desplegados en el lugar.
Al final, los dos atacantes se dirigieron a la parte trasera del supermercado y pusieron en acción «una suerte de pacto suicida», matándose en el lugar, relató el vice sheriff Kevin McMahil. Según la versión policial, la mujer mató a su esposo y luego se suicidó.
Brandon Moore, un residente en el complejo de apartamentos donde vivían los supuestos atacantes dijo al diario Las Vegas Sun, que la pareja había estado distribuyendo «propaganda de supremacía blanca».
Otros vecinos dijeron al diario que el hombre y la mujer habían acudido recientemente al rancho de Cliven Bundy durante un choque entre miembros de milicias armadas y agentes del Gobierno federal.
Bundy, contrario a la existencia del Gobierno Federal, es un ranchero que adeuda una década de tarifas por pastorear su ganado en tierras federales.
El incidente se enmarca además en un nuevo hecho de violencia gracias a la fácil tenencia de armas en EE.UU., un fenónemo que suele traducirse en ataques a tiros en escuelas y universidades.
Fuente [Clarin.com]