El hombre era arrestado cerca de Torrejón en Madrid y será trasladado al lugar donde se hallaron los restos de la mujer en la localidad abulense de Navalacruz. Así lo destaca diariodeleonycastilla.elmundo.es.
La pareja de Juana Canal, la vecina de Ciudad Lineal en Madrid, desparecida hace 19 años, era detenido este miércoles después de que el dispositivo de búsqueda hallara hace unos días restos óseos en un paraje de Ávila, concretamente en Navalacruz.
El hombre, J. P. R., era arrestado cerca de Torrejón en Madrid y era trasladado a una finca de Ávila cercana al lugar donde aparecieron los restos en un dispositivo conjunto de Policía Nacional y la Guardia Civil. Fuentes de la investigación consultadas por Europa Press confirmaron que en las batidas en la zona de Navalacruz se habían encontrado restos óseos, pendiente de análisis, pertenecientes a un fémur y la cadera. La Policía Nacional y la Guardia Civil de Ávila ponían en marcha el pasado 17 de octubre en el término municipal de Navalacruz un dispositivo de búsqueda de restos mortales de Juana Canal Luque, la vecina de Ciudad Lineal desaparecida en febrero de 2003 y cuyo cráneo apareció en 2019 en esta zona.
La búsqueda se centraba en una zona de Ávila frecuentada por el sospechoso, la pareja de Juana de entonces, y donde se hallaba el cadáver en 2019. Una de las hipótesis de la Policía es que la víctima era asesinada en su propio piso en Madrid y posteriormente su cadáver era trasladado hasta Navalacruz, a la zona donde aparecían los restos, un lugar que según la investigación era muy frecuentado por el detenido. De hecho, en el lugar la familia tiene una casa y una finca, que será registrada con el detenido este jueves. Ya en en la tarde de ayer era trasladado hasta el lugar donde aparecín los restos de Juana Canal para inspeccionar la zona.
La mujer, que en 2003 tenía 38 años y vivía en Madrid con sus hijos y su nueva pareja, desaparecía tras una fuerte discusión con el ahora detenido. Era el 22 de febrero de ese año cuando uno de los hijos regresó al domicilio tras pasar la noche fuera y encontraba una nota redactada por la pareja de su madre, que le indicaba que habían tenido una fuerte discusión y que ella había salido corriendo y no había logrado encontrarla.
El alcalde de Navalacruz en Ávila, Benigno González Casillas, aseguraba a Ical que en la localidad ha vivido el trágico desenlace del caso de la desaparición de Juana Canal «bastante intranquila, porque no esperábamos que sucediera una cosa así en nuestro pueblo».
Además, señala, «ahora se ha aclarado, pero había vecinos que desde el mes de junio estaban echando la culpa a otra persona que no tiene nada que ver con este asunto y que ya en 2002 estaba viviendo en el pueblo. De hecho ni la Policía ni la Guardia Civil le habían requerido en ningún momento porque creo que tenían claro quién era, pero la gente tiene la lengua muy larga y ese es el problema», añadía.
Respecto al despliegue policial, el regidor explicaba que «donde han estado buscando está a seis kilómetros del pueblo y prácticamente solo lo veía el que pasaba por allí, aunque en el Ayuntamiento sí conocíamos que iban a realizar ese despliegue y les dimos el nombre del propietario de la finca donde han buscado para pedirle permiso. Lo que no sabíamos es que iban a ser tantos los medios que han tenido allí».
También apuntaba González Casillas que al detenido «se la conoce poco porque no va mucho al pueblo» y afirmó que «no es agradable que el nombre de Navalacruz salga en las noticias por estos temas, pero las cosas suceden y hay que aguantar con ello».
Tras la detención de J. P. R. era trasladado a las dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil de Ávila y desde ahí trasladado a la mencionada finca donde aparecieron esos restos para llevar a cabo una inspección ocular dentro de la investigación que se lleva a cabo. Al mismo tiempo, también se inspeccionará una vivienda de un familiar de esta persona, en un proceso que podría prolongarse hasta este jueves, según han informado fuentes de la investigación.
Despliegue policial
En el último despliegue policial que se desarrolló la pasada semana participaron más de 60 agentes de la Policía y del instituto armado, además de perros expertos en la búsqueda de restos biológicos, así como un georradar y drones que detectan cambios en el subsuelo. El cerco que se marcó se situó en una zona rural situada a cinco kilómetros del municipio abulense de Navalacruz, concretamente en el paraje donde hace tres años un senderista encontró un fémur y un cráneo que resultaron corresponder, tras los resultados de las pruebas de ADN, a Juana Canal.
Cabe recordar que cuando desaparecía, Juana Canal tenía 38 años, dos hijos y estaba divorciada, aunque tenía una nueva pareja. Fue en febrero de 2003 cuando uno de los hijos de Juana encontró en el piso familiar una carta en la que la pareja de su madre, el ahora detenido, le decía que ella se había marchado después de una «discusión» y de haber ingerido muchas «pastillas».
La familia no volvía a saber nada de ella hasta finales del pasado mes de junio, cuando a través de la asociación SOS Desaparecidos la Policía Nacional le comunicó que unos restos óseos hallados por un senderista en Ávila en 2019 pertenecían a la desaparecida. La coincidencia entre los restos encontrados y el ADN de Juana se conoció policialmente a los pocos meses, pero nadie dio traslado de ese resultado a sus familiares hasta más de dos años después, según explicó el entorno de la mujer.
Actualmente, el juzgado de Ávila encargado del caso, el de Instrucción número 3, está impulsando diligencias, como fueron los nuevos rastreos o la inspección de la Policía Científica y Judicial realizada a finales de septiembre en la casa donde vivía Juana, en la calle Boldano del barrio madrileño de Pueblo Nuevo, donde se recabaron numerosos vestigios.
Fuente: diariodecastillayleon.elmundo.es