No podemos negar, y si lo hiciéramos cometeríamos un gran error, que el señor Chávez aún mantiene, pero cada vez menos, un vínculo con un importante sector de la población venezolana; no podemos obviar que el discurso populista que ha utilizado el régimen en el país ha surtido efecto y le ha permitido mantenerse en las cúspides del poder, por eso, hago un llamado desde esta pequeña trinchera del pensamiento a los autores de los planes de campaña de nuestro candidato unitario, Henrique Capriles, para que estructuren un mensaje más sensible, más humano, donde el destinatario de ellos sea simplemente el pueblo, ese llano, ese que habita en las comunidades más olvidadas de la nación, ese que vive en carne propia la acumulación de problemas que nos agobian cotidianamente a todos, pero que en ellos son tormentos filosos.
Tal vez usted apreciado lector que es clase media no pueda entender ese lazo que une al mandatario nacional con ese segmento de la población nacional, pero tampoco puede borrarlo del mapa político de la patria, porque existe y ha sido un factor determinante para la vida de esta república en los últimos años.
Mientras Chávez arribó al poder con un lenguaje revanchista, duro en conceptos y en acciones, el candidato de la unidad democrática ha empleado otra ruta, justamente la contraria, la del encuentro patrio, la unidad venezolana y la paz, discurso que le permitió calar hondamente en el sentimiento del elector tradicional opositor que salió a votar en las primarias masivamente por su oferta, empero me pregunto ¿este mensaje tiene “pegada” en la población empobrecida venezolana, los de a pie están comprándolo?, bueno una respuesta de mi parte sería temeraria, pero sí me veo en la obligación de recomendar al Comando Venezuela lo siguiente: Ese mensaje que se envía a la calle, sin detallar en su contenido, debe ser más popular, debe poseer más elementos que aproximen a nuestro candidato con el sector del país que aún está esperanzado con las propuestas del chavismo.
Es normal escuchar entre simpatizantes de la unidad democrática expresiones como “es que no entiendo como hay gente que aún puede creerle algo a ese señor (refiriéndose al presidente)”, sencillamente estás personas desconocen, porque no lo viven, esa unión que aún persiste entre el inquilino de Miraflores con la población más pobre del país.
Ante esta realidad que es preocupante y debe ser estudiada más a profundidad, aunque estoy convencido que a nivel nacional se ha hecho con la minuciosidad de expertos calificados, se debe efectuar una revisión total del manejo de las comunicaciones de la unidad democrática y que nuestro candidato intensifica su labor de acercamiento con todos los factores sociales del país. No basta con recorrer casa a casa la nación, tiene que existir un vínculo emotivo, que sea pegamento sentimental entre él y el pueblo. El destinatario: El pueblo.
Por: José Dionisio Solórzano