La Tremofobia se define como un persistente, anormal e injustificado miedo a los temblores o terremotos. Al igual que la mayoría de las fobias, forma parte de los llamadas trastornos de ansiedad y puede tratarse con terapia psicológica, obteniendo buenos resultados. Esta patología nos ocurre a gran parte de los venezolanos hoy en día, porque estamos a la espera de lo inesperado. La tierra temblará cuando finalmente se anuncie la devaluación de la moneda venezolana, es el despertar que muchos venezolanos tememos en estos días, incluso peor que un temblor, creemos que una madrugada de estas, Maduro hará una cadena donde diga que finalmente aumenta la gasolina, se homologan todos los trámites al cambio único Sicad II, entre otras fantasías macabras que el colectivo imaginario tiende a crear.
Lo cierto es que opiniones van y vienen, los expertos, los seudo expertos, los adictos a las redes sociales, los políticos que cada día pierden más palestra pública, y en fin, casi todos, estamos hablando de un día negro que será un golpe a nuestros bolsillos. Ahora, la forma en que nos enteraremos será seguramente bien particular, como caracteriza el “estilo” de gobernar en Venezuela, la verdad es que no deja de sorprendernos, a veces puede confundirnos con un capítulo de cualquier serie de comedia sarcástica o de una novela cubana de los años 70 donde aisladamente se vive un mundo paralelo entre quienes “mandan” y la sociedad enrevesada en un mundo de problemas y carencias en su calidad de vida, eso sí con episodios interesantes como aquel cuando de repente uno de los principales protagonistas, manda una carta desgraciada.
¿Será posible que nos agarren desprevenidos dentro de la euforia del mundial de futbol?, muchos apuestan a que se aprovechará este contexto para “dobladito” implementar medidas leoninas que nos dejaran sin aliento. A pesar de la incertidumbre de cuando llegue el temblor, en nuestro país, la gente sigue trabajando, seguimos sonriendo, celebrando, haciendo mercado como podemos y preguntándonos ¿Hasta cuándo aguantaremos esta crisis?, pregunta muy difícil de responder, ni por parte de los gobernantes, ni mucho menos de aquellos quienes aún les queda el traje de políticos opositores. Lamentable, por demás, que el silencio –muchas veces cómplice-, la falta de movilización y motivación nos tenga en esta espera de lo inesperado, del temblor, del golpe a la mesa…
Por Maggi de los Ángeles Di Lena García