Las primeras horas del primer día del 2015 no fueron tranquilas y relajadas en la oficina de la NASA, donde advirtieron un novedoso y gigantesco agujero en la superficie del Sol.
Según explican los expertos, los agujeros coronales señalan regiones de campos magnéticos solares cuyas líneas se dispersan en el espacio interplanetario, en vez de cerrarse, y las partículas de estos campos magnéticos pueden salir del sol y dispersarse en el espacio en lugar de quedar atrapadas cerca de la superficie.
Las partículas atrapadas pueden calentarse y arder, como se puede ver en la imagen, mientras que las partes de la corona donde las partículas han dejado el sol, el brillo es mucho más tenue y la zona se percibe oscura.
Cabe aclarar que los agujeros coronales fueron captados por primera vez en las imágenes tomadas por los astronautas en la estación espacial Skylab de la NASA en 1973 y 1974, y que el agujero en la corona polar, que es una peculiaridad del sol, puede permanecer visible durante cinco años o más.
Además, según destaca el «Daily Mail» inglés, el material que fluye del sol hacia el exterior se llama viento solar, que sopla típicamente a alrededor de 400 km por segundo. Sin embargo, cuando un agujero coronal está presente, la velocidad del viento puede doblarse y alcanzar casi los 800 kilómetros por segundo.
Fuente [Lagaceta.com.ar]