“Demonios dictatoriales en extinción” por @emundara

Resultaría prácticamente imposible, no hacer aunque sea un pequeño comentario, referente a la muerte del tirano despiadado Gadafi. Pero no ahondaré en detalles que ya todos conocemos; lo que sí diré es que tal y como vimos en las gráficas del extinto dictador, la historia se ha encargado por sí misma de hacernos entender, que esa es la única manera en la que acaban estos seres despreciables y nocivos para la humanidad.

Mussolini, Hussein, “El Chivo” Trijullo, por nombrar tan solo unos muy pocos, ya que no me corresponde narrar la historia, solo recordarla y refrescarla un poco en la mente de los lectores, lo suficiente para que estén alerta y no permitan que se repita la presencia de estos endemoniados seres intoxicados de odio y poder.

Detalles más, detalles menos, muertes “indignas” para estos personajes que se creían agraciados o enviados por los dioses, invencibles, intocables, soberbios a más no poder, fieles creyentes de que la justicia se basaba en su creencia y, que podían disponer de sus pueblos a conveniencia; que podían arrancarle la vida a las personas como si la única vida que tuviese valor fuese la de ellos mismos, en fin, plagas que muy penosamente nos ha tocado conocer a través de la historia, pero que afortunadamente hemos logrado ver acabadas y en franca decadencia.

Pero no significa que se hayan erradicado estos seres ponzoñosos causantes de desgracias humanas, que no conocen en lo más mínimo, el respeto por los Derechos Humanos, ni a nada. Así es, aun no se extinguen del todo estos megalómanos que tanto daño hacen a la humanidad y que manchan las páginas de la historia con sangre y desventura.

Y es que, en diversas latitudes del globo, continúan estos personajes haciendo desdichada la existencia de la población, todos con características bastantes similares. De hecho, muy cerca contamos con unos hermanos nefastos, perpetuados en el poder por más de 40 años, uno de ellos casi momificado, pero sin perder su perversidad; el otro, oportunista, malvado, esperando incluso la partida del primero para moverse a sus anchas ya que aún sigue siendo un “mandadero”, un testaferro, un suplente. Personajes estos, que mantienen a la población de la bella Isla en extrema pobreza, con hambre, haciendo colas para recibir un bocado de comida que será descontado de su tarjeta de racionamiento, presos en su propia patria, cargando en un silencio temeroso con sus muertos y presos políticos, con sus familiares torturados. Informando a medias desde la clandestinidad, pisados por un yugo militar.

Desafortunadamente no dejan de aparecer flashes en mi mente, mientras describo los escenarios cubanos, que me hacen recordar mi propia patria. Porque resulta que muchas de esas escenas las veo diariamente en nuestro país, algunas disfrazadas, otras sin máscara. Y me pregunto ¿a donde hemos llegado? ¿No nos vemos reflejados en los países que ya han vivido esto?

Muy felizmente, estoy seguro de que sí estamos claros en lo inútil de estos regímenes y, estamos madurando para lograr ver la total extinción de los “demonios dictatoriales”.

ENRIQUE J. MUNDARAIN EGUI

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