Desde el reporte de mitad de año que hizo la revista Rolling Stone ya destacaban los nombres de algunos de los álbumes que quedarían entre los primeros lugares de su lista de favoritos de 2013. Y no solo eso: son los que contienen la música que marcó este año de principio a fin. Similar es el caso de otras publicaciones especializadas como NME y Mojo, que consideraron entre sus cinco obras más relevantes de estos 365 días, un poco menos, para ser exactos, a Random Access Memories de Daft Punk.
Los franceses Guy Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter, cuyo encargo más reciente había sido la banda sonora de la película Tron: Legacy, dejaron su estudio habitual de Virgin, filial de EMI, y firmaron un contrato con Columbia Records para empezar a trabajar con el productor Paul Williams en un concepto que los llevaba en otra dirección: el dúo que siempre ha recorrido los caminos de la electrónica quiso romper con sus propios moldes y aproximarse a lo orgánico.
El primer abreboca se llamó “Get Lucky”, una de esas canciones que para no escuchar es necesario cavar un hueco en una montaña lejana y refugiarse allí de manera permanente. La canción fue el hit indiscutible, que trascendió las pistas de baile y fue versionado en directo por bandas como U2 y usado para promocionar incluso una marca de preservativos. Más allá del sencillo, el álbum probó el ingenio de Homem-Christo y Bangalter para mutar. Y ya fue anunciado otro hito en su carrera: su presentación es la más esperada en la 56° edición de los Grammy.
En la ceremonia, que se celebrará en Los Ángeles el domingo 26 de enero, Justin Timberlake está postulado en siete categorías. A 2013 el público le debe el retorno al mercado discográfico del ex integrante de ‘N Sync, que volvió pisando fuerte con un trabajo nutrido de rhythm and blues titulado The 20/20 Experience, presentado en dos entregas apenas finalizaba el primer trimestre. El artista nacido en Memphis, Tennessee, reafirmó con “Suit and Tie” y “Mirrors”, canciones que le dan continuidad al éxito logrado tras Justified (2002) y FutureSex/LoveSounds (2006), que es una de las grandes figuras del pop de los últimos tiempos.
Otro regreso que generó revuelo en marzo. Se creía que David Bowie había tenido un retiro silencioso, pero desde 2010 había empezado a grabar. Después de una década de Reality, el inglés presentó el que sería su trabajo número 25 y, a través de The Next Day, le recordó a sus semejantes su extraordinaria capacidad para reinventarse y hacer literalmente lo que le da la gana.
Aunque no fue un año hegemónico de hip hop, la obra Yeezus de Kanye West fue una de las más aplaudidas. También fue rescatado The Marshall Mathers LP 2 de Eminem. El rock se abrió camino a través de la novena entrega de Nine Inch Nails, Hesitation Marks, que fue el favorito de muchos, al igual que Reflektor de Arcade Fire. Algunos mencionan Like Clockwork de Queens of the Stone Age y la mayoría celebra el New de Paul McCartney. También sonaron con fuerza ecos del Reino Unido: Franz Ferdinand le dio continuidad a su búsqueda con Right Thoughts, Right Words, Right Actions; Savages presentó Silence Yourself y Arctic Monkeys evolucionó a través de AM.
De Latinoamérica surgieron un par de trabajos destacables, ambos de puertorriqueños establecidos en Estados Unidos. El primero fue Vida, el recopilatorio de colaboraciones de una extraordinaria fuente de musicalidad llamada Robi Draco Rosa. El segundo fue 3.0, álbum de Marc Anthony que contiene “Vivir mi vida”, otro de esos hits que, como “Get Lucky”, fue imposible no escuchar en la calle, el transporte público, el bar, la fiesta.
[Fuente: el-nacional.com]