Las perforaciones corporales o «body piercing», como son conocidas comúnmente, son incisiones en la piel donde quienes gustan de este tipo de intervenciones estéticas se colocan joyas como adorno. Sin embargo este tipo de práctica puede ocasionar infecciones riesgosas dependiendo del lugar en que se realicen.
El lóbulo de la oreja es el lugar más común del cuerpo donde se realizan perforaciones, así como también el cartílago de la misma. Con el tiempo el espectro se ha ampliado y hoy es común que se realicen perforaciones en la ceja, nariz, lengua, labio, ombligo, pezones e incluso en los genitales.
La doctora María Laura Cossio, dermatóloga de Clínica Vespucio, explica que las perforaciones pueden asociarse a distintos riesgos como: infecciones locales (bacterianas, virales y micóticas), infecciones sistémicas, dermatitis de contacto alérgica (por metales), desgarros de partes blandas y sangrado, cicatrices anormales o queloides.
«La lengua representa un lugar con mayor riesgo de sangrado y desgarro. Las orejas y el pecho tienen mayor riesgo de queloides. Las infecciones locales pueden ser bacterianas, virales (verrugas, moluscos), micóticas. Las infecciones sistémicas pueden ser bacterianas (endocarditis bacteriana) y virales (HTLV-1, VIH, Hepatitis B y C)», asegura la especialista.
Las complicaciones infecciosas pueden producirse si no se utilizan las medidas de asepsia y antisepsia adecuadas. Esto significa utilizar guantes estériles, desinfección adecuada de la piel, material estéril y mantener la asepsia durante el procedimiento. Las alergias de contacto a metales solo pueden evitarse no utilizando material metálico, ya que incluso pueden producirse con acero quirúrgico.
La doctora Cossio recomienda que estos procedimientos sean realizados en un lugar que esté autorizado por el Ministerio de Salud, o sea, en lugares establecidos y que cuenten con las medidas de higiene que el reglamento indica. «Existe un reglamento del Minsal que exige cumplir las medidas de higiene. Además exige que los menores de edad cuenten con autorización de un mayor de edad. Hay que considerar que estos procedimientos no están exentos de riesgos», afirma la especialista.
La facultativa recomienda que si existe el antecedente de alergia a metales, no utilizar materiales metálicos. Si existe historia previa de queloides, no realizar perforaciones en lugares como las orejas o el pecho.
Una vez que se hace la perforación corporal es fundamental asegurarse de cuidar y de que se encuentre bien. La persona que le hace la perforación probablemente le recomendará limpiar el área perforada con agua tibia y jabón dos veces al día, al igual que usar un enjuague líquido medicado y darle vuelta lentamente a la pieza o joya que le han colocado, para así evitar alguna infección.
Fuente: Revistamujeres.cl