Hace unos días mencionábamos que el cable de fibra óptica Alba-1, instalado entre Venezuela y Cuba, había empezado a transmitir datos, y hoy es la misma empresa de telecomunicaciones cubana, ETECSA, quien confirma la información. Según un comunicado de prensa, el cable de 1.600 km empezó a ser usado en agosto pasado, pero de manera limitada. A partir del 10 de enero «se comenzaron a ejecutar las pruebas de calidad» de la conexión usando «tráfico real», lo que provocó que Renesys identifique el intercambio de paquetes.
La instalación del cable Alba-1 habría costado unos 70 millones de dólares, y esperan que tenga una vida útil de alrededor de 25 años. El problema es que, según notificó el Ministerio de la Informática y las Comunicaciones, «la entrada en funcionamiento del cable no dará a los cubanos un mayor acceso a internet». En realidad esperamos que eso sea algo transitorio, porque se ha mencionado que el gobierno está terminando la construcción de un «centro de censura» antes de permitir que la población tenga acceso a más ancho de banda.