«Cuando la nada se transformó en todo» por @NoelValderrama

Allí teníamos al Presidente de la República, demacrado, enfermo y, aparentemente, saliente de un cáncer hablando de pulverizar, destruir y aplastar a quien no pensara como él. Al punto de no considerar venezolano al que no se declarara chavista. El hombre que siempre se ha creído la reencarnación de Simón Bolívar, el nuevo Mesías y el sucesor de Dios, fue sorprendido por la enfermedad “sin palo y sin mandador”, pero a pesar de ello sigue creyéndose invencible, Todopoderoso, Amo y Señor de Venezuela. El último tirano sobre Suramérica.  

Allí estaba el hombre que semanas antes pedía eliminar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), el mismo hombre que pedía refundar a la Organización de Estados Americanos (OEA), lo vimos solicitarles a esos organismos la intervención en el caso de Paraguay. Imploraba, casi en estado de desespero, que las naciones violaran el principio de autodeterminación de los pueblos e intervinieran en un país para salvar a un pana suyo. Y eso que vociferaba, cada vez que podía, que los pueblos decidían su propio destino y ningún país tenía derecho a impedirlo. Tal parece que eso sólo es permitido si el presidente de ese país es “amigo”.  

Allí estaba el hombre glorificándose y celebrando el golpe de Estado que dio a un gobierno legítimo y constitucional, por allá en el año 1992, mientras rechazaba el golpe que recibió 10 años después y señalaba que en Paraguay también hubo un golpe de Estado que había que condenar. Tal vez aquello de la “ética del discurso” es simplemente eso, un discurso donde sólo hay cabida para la doble moral.  

Allí estaba el hombre “vendiéndose” como ganador por paliza en las elecciones, pero pidiendo que sus seguidores no se creyeran triunfalistas. Declarándose respetuoso de la ley electoral, pero haciendo cadenas para hablar de su campaña. Prometiendo las mismas cosas que ofreció y no hizo, pero diciendo que el candidato del progreso no cumplirá.  

Allí estaba el hombre hablando de imperialismo, de los Yankees, de Páez, Bolívar, Marx, el Che, Fidel y el Socialismo, mientras el mundo se asombraba por el descubrimiento generado por el reciente choque de partículas que mostraron el “bosón de Higgs” y, con ello, se determinó la existencia del misterio jamás revelado. El mundo, nuestro mundo actual, ha dado los primeros pasos para conocer el origen del universo.  

De esta forma, se revela que la gran colisión de pequeñas partículas elementales encendió, en tan sólo tres segundos, la chispa de la vida y con ello la formación del universo. Fue cuando la nada se transformó en todo. La luz y la oscuridad, el Alfa y el Omega, la nada y lo todo fue el siguiente paso a la gran explosión que se propagó en destellantes formas de existencia. Entre ellas, miles de galaxias desperdigadas por todo el universo e incluso más allá.  

Y nuevamente allí estaba el soberbio hombre catalogando a su rival como “la nada”, ignorando que “la nada” está visitando “casa por casa” a los venezolanos. Ignorando que la chispa inicial que generará una explosión de votos el próximo 7 de octubre ya se inició. Una nada que de miles de personas se ha transformado en millones por todo el país, llenando las calles de gente marchando o concentrándose en multitudinarios eventos donde el candidato del progreso habla de los planes que desea cumplir en los próximos seis años y no de los planes que no cumplió en 14 años, pero que sí promete cumplir en otros seis años más, como lo hace el actual Presidente que pretende gobernar a Venezuela por 20 años…eso sí sería la verdadera nada!

Por @NoelValderrama