Limpiar la sangre para evitar infecciones que, en algunas ocasiones, puede ser mortales. Eso es lo hace de forma natural nuestro bazo pero en ocasiones la infección puede ser muy grave y provocar sepsis, una infección de la sangre que puede ser letal en el 30-50% de los casos. Ahora, según un estudio que se publica en «Nature Medicine», las cosas podría cambiar bastante: un equipo de investigadores del Instituto Harvard’s Wyss (EE.UU.) han desarrollado un dispositivo capaz de limpiar la sangre, un «biobazo», podría porque cambiar la forma en la que se trata la sepsis.
Este dispositivo externo, explican los científicos, que funciona como una máquina de diálisis (un purificador de la sangre para personas con insuficiencia renal), se comporta como un bazo artificial que elimina las toxinas y patógenos de la sangre. «Incluso con los mejores tratamientos actuales, los pacientes con sepsis fallecen en las unidades de cuidados intensivos al menos en el 30%», reconocen en los autores del trabajo coordinado por Don Ingbe y Mike Super. «Necesitamos un nuevo método».
Sangre infectada con patógenos, E. coli y S. aureus
Los resultados obtenidos con el biobazo han superado todas las expectativas iniciales en cuanto a su capacidad para limpiar la sangre de los animales tratados, ratas, y para incrementar su supervivencia. En tan solo unas pocas horas, el «biobazo» fue capaz de filtrar y eliminar patógenos vivos y muertos de la sangre, pero también toxinas que habían sido liberadas por los patógenos.
¿Qué es la sepsis?
La sepsis se produce habitualmente debido a que el sistema inmune «sobrerreacciona» ante una infección de la sangre, lo que produce una reacción en cadena que puede ser mortal al provocar inflamación, trombos sanguíneos, daño orgánico y muerte. Se puede desencadenar a partir de múltiples infecciones: del tracto urinario, apendicitis, de la piel o pulmones, o a partir de dispositivos hospitalarios, como sondas o catéteres.
La sepsis acaba con al menos ocho millones de vidas en todo el mundo cada año. Y también es la principal causa de muerte en los hospitales. En ocasiones el diagnóstico del patógeno responsable de la sepsis se demora varios días, y en la mayoría de los casos casi nunca se localiza el responsable. De esta forma, si se desconoce si el agente causante es un hongo o una bacteria, el tratamiento se hace de una forma empírica, con antibióticos de amplio espectro (que son eficaces frente a muchos patógenos). Sin embargo, la creciente prevalencia de bacterias resistentes a los fármacos hace que tratar la sepsis resulte cada vez más difícil.
Para evitar esta «tormenta perfecta», como la denomina el profesor Super, los científicos diseñaron un dispositivo externo, a semejanza de un bazo, que era capaz de eliminar los elementos tóxicos de la sangre. En concreto, se trata de dos canales huecos adyacentes conectados a través de una serie de hendiduras: mientras un canal contiene la sangre que fluye, el otro tiene una solución salina que elimina los gérmenes que pasan a través de las hendiduras.
HARVARD’S WYSS INSTITUTE
Fotografía del dispositivo externo
Primero lo probaron en sangre humana en el laboratorio. En apenas unas horas, el biobazo filtró los gérmenes vivos y muertos, y las letales toxinas que liberan. La sangre humana se filtró a una tasa de alrededor de entre medio litro y un litro por hora.
A continuación se probó en los animales que se había infectado con E. coli y otras bacterias y toxinas similares a las infecciones del torrente sanguíneo en los humanos. Y los resultados mostraron que se eliminó alrededor del 90% de las bacterias y toxinas de la sangre de las ratas tras cinco horas de filtrado. Mientras que el 90% de las ratas tratadas sobrevivieron, el 14% de las de grupo control –no tratadas- no lo hicieron.
Amenaza grave
Ingber, que dirige el Instituto Wyss, cree que este nuevo dispositivo es una gran avance para una amenaza cada vez mayor en los hospitales. «Estamos muy esperanzados con el ‘biobazo’ porque nos facilita una vía para tratar a los pacientes con rapidez sin tener que esperar días para identificar la fuente de la infección, además de que funciona igual de bien con los organismos resistentes a los antibióticos».
Fuente [Abc.es]