Una vez una amiga en la universidad me comentó que tanto ella como su grupo le decían
“unicornio” a las personas homosexuales, pero les aclaro que este artículo no va dirigido para ellos, sino para todos los tontos, y me incluyo, que se pierden el gusto de vivir mejor por andar fantaseando tanto.
Situación ejemplo: estás en una cola y escuchas a un par amigas hablando de lo que tiene tal amiga, que la otra hizo no sé qué, que a quién se lo ocurre hacer tal ‘semejante’ cosa, que las cosas del gobierno no sirven o que las autoridades no hacen pero hacen poquito (sí, así hablan); e incontables comentarios siempre de los demás, nunca de sí mismos.
Yo entiendo la parte de conocer, de crear propias opiniones, de saber evaluar ciertas cosas pero, esas no son críticas constructivas, son destructivas de hecho. La gente cree que siempre tiene la razón (no han escuchado el “pero dime tú..?!”) viven en un mundo paralelo en el que son perfectos y solo a ellos les afectan las cosas o merecen tener prioridades y no, la verdad es que todos somos iguales, y aunque a muchos les duela, eso es lo único que ha recordado a medias el socialismo, y a medias porque realmente no ha cumplido su papel de igualdad.
En cualquier tema, la gente habla y habla como que saben lo que realmente están diciendo y no tienen la más mínima consciencia de lo que significa, del valor de lo que dicen. Además no es solo eso, valoran siempre más –se llama Envidia- lo que otros tienen. Se la pasan pendiente que tal persona se hizo las lolas, o se compró un carro, o se mudó, o que si la pareja tiene dinero, que va a viajar a estados unidos y pare de contar.
Todos siempre decimos, que los pequeños detalles son los que hacen la diferencia, pero nadie lo aplica en su propia vida. ¿Por qué no hacer mejor uso de nuestros pensamientos para un vivir mejor? Pensar por ejemplo, en los logros que se han obtenido en la semana, la sonrisa de buenos días de la vecina, cómo ha crecido el hijo, sobrinito o nieto; en detalles tan mínimos pero tan significativos como, tener un nuevo día, poder comer, andar, ver, escuchar.
Esos son los pequeños detalles de los que uno debe fijarse, no solo para vivir mejor, sino por tener sentir la gratitud, agradecer el estar vivo, porque aun siendo complicado, estás vivo, y eso es una bendición. Las cosas que vas a lograr, por las que estás luchando, los sueños y metas que quieres cumplir, y por supuesto, no puede faltar, el trabajar juntos, en equipo, por algo mejor; esas son las cosas que nos incumben.
Nacimos solos, pero estamos en sociedad. Hay que aprender que buscando culpables jamás se va a avanzar, que viendo lo que otros tienen y tú no, jamás será de ayuda, porque lo único que hay que ver es que para superarte debes ser mejor de lo que has sido, y nosotros, para superarnos, debemos ser mejor sociedad de la que hemos sido.
Estas son cosas que todos pasamos por encima, nos dejamos llevar por el estrés y el ego y olvidamos que ser mejores y felices es costosamente gratis.
@MariOrdaz / Maritza Ordaz.