La obsesión es una de las cosas más fuertes de la mente humana. No todo lo que tenemos es bueno amigos, eso está más que claro. Estamos llenos de defectos y virtudes pero solemos darle más poder o importancia a esas cosas que no deberíamos en vez de aprovechar y explotar al máximo aquellas cosas que nos hacen bien.
Uno es su propio mártir, esto es algo que siempre he pensado. Hay personas que son tan obsesionadas con algo que no se dan cuenta, crean fantasmas y cosas en donde no las hay, se frustran y enfrascan en metas o detalles que no hacen más que afectar sus vidas de manera social y física, llegando en algunos casos a extremos tan fuertes como adicción a drogas o infringirse dolor.
El poder de la mente humana es algo que no tiene comparación, no en vano hemos llegado a lo que es hoy por hoy el siglo XXI. Somos capaces de lograr, crear y hacer lo que queramos si tenemos la voluntad y verdadera necesidad o ganas de hacerlo, pero el ser humano no se fija en esto, ignora este poder y se desvanece en trivialidades del día a día.
Uno de los defectos más grandes es que no compartimos las preocupaciones o pesares que sentimos con eso de “a nadie le importa lo que te pasa”, dejamos de soltar esa mala vibra que tenemos, ojo no es para transmitírsela o pasarla a alguien más, es simplemente dejarla salir, porque aunque ustedes no lo crean, el decir en voz alta esas cosas que nos pesan a veces ayuda de una manera que impacta, porque, no están haciendo o creando una solución solo las estás diciendo, pero te quita o disminuye de manera increíble el peso que tienen en ti, el estrés.
La niñez es la base de nuestras vidas, marca un poco lo que seremos de grandes, por eso es tan importante brindar una buena educación a los pequeños. Mírenlo de esta forma. Si vamos a construir un edificio de 100 pisos, hay que hacer una base que los resista ¿no?, algo sólido y fuerte que sea capaz de llevar y superar lluvias, tormentas, lo que sea. Así es la niñez y la vida en sí, las cosas que te pasan hoy son la base para que superes y venzas lo que espera en el mañana.
La mayoría de las personas obsesivas no les gusta hablar de lo que les sucede. Como a cualquier persona, les cuesta aceptar que cometen errores o que tienen algo mal. Este grupo de gente tiene algo en común, tal vez no todos -no lo sé porque no soy especialista en ello- pero sí muchos; tienen en común algún daño en su infancia, la perdida de papá o mamá, de un ser querido, maltrato, falta de atención, entre otros.
Es necesario siempre hablar. La comunicación es nuestra base y catapulta de crecimiento, de evolución, es el medio por el cual aprendemos a defendernos, a decir, a soltar, a preguntar, a todo. Si no hablamos, ¿para qué tienes voz?
Aprendamos a soltar, sino cómo pretendemos evolucionar, crecer, aprender, o dejar entrar a nuestras vidas esas cosas que soñamos si no tenemos espacio para lo nuevo.
Ser feliz es costosamente gratis, pero creemos que ser feliz es sólo tener una sonrisa en cara.
@MariOrdaz / Maritza Ordaz