Corto y Picante: «Fracaso rojo en Catia» por @fariasjoseluis

Salta a la vista que lo ocurrido el lunes 17 de septiembre en Catia fue desafortunado para el Coyote. Los tiempos han cambiado, la otrora parroquia roja ha dejado de serlo.

Fue un acto improvisado, de un día para otro, en respuesta al arrollador éxito de Capriles el domingo en Petare, la otra gran parroquia populosa del área metropolitana de Caracas, de donde, por cierto, fueron echados los robolucionarios.

A la improvisación y el exceso de confianza en el supuesto apoyo catiense al Coyote, se unió como causa del fracaso la cuota de terror que los grupos armados sembraron entre los habitantes. Los malandros rojos impidieron el paso de los trabajadores que regresaban hacia sus casas en las partes altas de Catia.

Un obrero que acostumbra llegar a las 6pm a su hogar nos informó que no fue sino hasta las 10pm cuando logró hacerlo. Una señora que había bajado temprano desde Boquerón con su niño enfermo, estuvo más de una hora rogando a los matachines de la revolución que le permitieran subir a su vivienda.

El malestar despertado por el abuso rojo en Catia fue general. Los negocios perdieron sus ingresos del día al no abrir por temor a saqueos. Los buhoneros se mantuvieron al margen del aquelarre socialista bajo el comentario generalizado de "si yo no trabajo no como"

El descontento en la parroquia no era del todo desconocido por la cúpula roja. Tal vez el único sorprendido fue el Coyote, como el marido cornudo.

La ruta de la caravana por calles estrechas y la militancia arreada desde otras partes para disimular el fracaso no fueron suficientes.

El desacalabro rojo en el oeste de Caracas se veía venir, pues si en algún lugar es ostensible la corrupta gestión roja es precisamente en esas enormes barriadas populares.

Finalmente, el Coyote no habló y nadie explicó por qué dejaron de transmitir el pobre evento. Si le dio un soponcio, o no, eso es otra cosa. El culazo rojo en Catia fue inocultable

Por José Luis Farías / @fariasjoseluis