El llamado a la unidad fue un alarido desesperado del Ilegítimo, dramático: «algunos compañeros me juraron que ellos no aspiraban a ningún cargo, que si se sustituían sus cargos en las alcaldías los apoyarían».
Amenazante, reveló confidencialidades para arrinconar al aliado, emboscar al disidente engañado o vulnerado en su derecho a aspirar, golpear a quien se rebeló ante el «dedo» que lo apartó. «Tú sabes a quien me estoy dirigiendo ahorita, es contigo y me estas escuchando -gruñó-, ¿y el amor a la patria? yo le dije que no se podía echar por la borda su trayectoria política y humana, estoy viendo en tus ojos lo que he visto en los ojos de otros (cual Isaías) que han traicionado, no nos hagas perder ese municipio pero la historia te hará quedar como un traidor, se lo dije a un compañero, a dos» ¿A Bernal? ¿A Toledo? Son 165 los candidatos «alternativos» rojos, aparte de los 164 que le anularon la inscripción.
Para él, la reivindicación del derecho a aspirar es traición, corrosión de los principios. “Es lamentable -bramaba- que echen a perder su propia vida por una aspiración individual. Las alcaldías le pertenecen al pueblo, no a una persona. Son lamentables las aspiraciones individuales, ‘la alcaldía me pertenece’. Una persona que piense así está muy mal y además que se atrevan a dividir las bases de una fuerza que está bajo la mira imperial.”
Y descargaba su chisme y su burla: «un concejal se alzaba porque no le dieron la candidatura nuevamente y a otro se le antoja mantenerse en una alcaldía equis, reflexión a los dirigentes, no aceptemos la división de las fuerzas revolucionarias en ningún municipio. Que nadie se deje engañar por falsos profetas, patiquines y vanidosos, ‘espejito, espejito ¿quién debe ser el alcaldito? – ¡tú debes serlo!’”.
Debió preguntar:
-Espejito- espejito ¿quién debe elegir a los candidatos rojitos, las bases o los militares y boliburgueses dueños del PSUV?
@fariasjoseluis / José Luis Farias