El viaje de Chávez a Cuba, sin fecha de retorno, para un «tratamiento de oxigenación hiperbárica», ha despertado diversos rumores y especulaciones. Hay alta tensión en el entorno.
La ausencia del líder interplanetario oscurece las posibilidades de sus candidatos. Siembra incertidumbre general en el electorado chavista que en conjunto los perjudica .
Entre los candidatos civiles la falta de Chávez afectará la movilización de su electorado. Para Jaua es vital, la tiene muy difícil en Miranda con enorme ventaja que le lleva Capriles, sin Chávez se aleja toda posibilidad de triunfo. Al paracaidismo, la nefasta gestión de Isea y el liderazgo de Mardo se suma la ausencia del jefe y se la pone cuesta arriba a Tarek en Aragua. Contra Aristóbulo en Anzoátegui se mueven facturas internas por el descabezamiento de Tareck William sin un Chávez que las frene. Otro tanto ocurre contra Ramírez en Mérida. A Dircia en Amazonas ni Chávez la salva.
Por su parte, los candidatos militares sin la supervisión y el control directo de Chávez quedan a merced de los conflictos internos: Mata Figueroa no podrá con ellos en Nueva Esparta contra Morel. Tampoco Arias
Cárdenas en el Zulia contra Pablo. Al propio Ameliach la cosa se le pondrá fea en Carabobo. Ni que hablar de Rangel Gómez en Bolívar sus enemigos internos quedan por la libre. Sin el jefe pichando desde Miraflores, Reyes no tiene nada que buscar en Lara. Y Vielma Mora ni con Chávez a tiempo completo tiene vida en Táchira. Además, en conjunto los militares dependen de cuanto «gas» le inyecten.
Los candidatos del chavismo tendrán que pisar el acelerador con alguna campaña que les permita mitigar el golpe si quieren mantenerse con chance. Los detalles de malas noticias sobre la salud de Chávez en los próximos días podrán anular el efecto de las elecciones del 7 de octubre y mover las tendencias electorales en su contra. Es el «efecto hiperbárico» de Chávez.
Por José Luis Farías / @fariasjoseluis