No se nada de armas, no puedo diferenciar un revolver de una pistola, ni un fusil de una escopeta. Para mi todas hieren y matan. No conozco a los miembros de los colectivos, pero me sobresalto cuando los veo en cambote, armados, gritando loas a favor de una revolución que ha acabado con la institucionalidad, la paz y tranquilidad de los venezolanos. Tampoco reconozco a los militares, siendo nieta de uno, porque se les olvidó para lo que fueron formados: la defensa del ciudadano y la soberanía del país. Y no me vengan a decir que existen militares buenos y militares malos, colectivos por la paz y otros que siembran el terror. Hasta que no salgan los buenos de esas organizaciones, eleven su voz de protesta contra la arbitrariedad, el abuso y la corrupción reinante en esta tierra…seguirán siendo hombres y mujeres armados hasta los dientes que se imponen por la fuerza y no por la razón. Los tibios, callados y que todo lo justifican por la obediencia, no les sirven a un pueblo sumido en la angustia, escasez e inseguridad.
El país se despedaza de a poco, se va resquebrajando y la violencia roja nos ahoga en el miedo que aumenta por la desinformación. ¿Cómo es posible que ayer martes, desde la cinco de la madrugada, el centro de la capital se haya convertido en un campo de batalla y los medios -excepto las redes sociales y páginas WEB- no hayan informado veraz y oportunamente el por qué de ese hecho? Cuando los medios callan y/o manipulan, mienten por partida doble, igual que lo hace el régimen a quien ya no se le cree nada de tanta contradicción.
La incoherencia y manipulación es tan grande, amigo lector, que en el caso del asesinato de Robert Serra el oficialismo ha dicho cosas como esta: Los asesinos están en la derecha, en la mafia mayamera y el autor intelectual es Uribe, dijo Maduro. Cabello en la misma onda expresó que los asesinos hay que buscarlos dentro de la oposición fascista. Bernal señaló al diputado Berrizbeitia, pero este martes pidió llevar a Uribe a la Corte Penal Internacional. El gobernador de Aragua, le mentó la madre a Weill por una caricatura entregada dos semana antes del macabro suceso. La diputada León dijo que los asesinos son del imperio. El colombiano Samper acusó a paramilitares colombianos infiltrados. En cualquier momento aparece en escena Giovanny Vásquez con otra versión.
Para los periodistas de sucesos quienes investigan y buscan datos con quienes realizan las pesquisas, conversan con vecinos, potenciales testigos, escudriñan, confirman y contrastan informaciones, los delincuentes podrían encontrarse en el entorno del diputado. Ya Maduro ha prometido otra cadena para hoy miércoles donde anunciará los avances de la investigación pero…soltó pistas de lo que dirá: “Deben saber compatriotas que esto es una operación que se planificó, se preparó en cada detalle y formaba parte de un conjunto de golpes violentos, terroristas y ataques contra líderes de la revolución bolivariana”
Volviendo al principio de esta columna les comento que ni por referencia conocí a los miembros de los colectivos Carmelo u Odremán. Ahora veo las fotografía de ellos participando en los actos de la revolución y me llama la atención que el director del Cicpc, José Gregorio Sierralta, califique a José Odremán “como el líder de una banda delictiva” cuando aparece en las imágenes junto al finado, Maduro y “la primera combatiente”. Eso también merece una explicación ¿eran camaradas y patriotas o peligrosos delincuentes? De ser los segundo ¿la seguridad presidencial como queda?
Por Nitu Pérez Osuna