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El Gobierno nacional se ha convertido en un ente reaccionario, las fuerzas con boinas rojas y trajes de marca, responden sin coherencia, ni mucho menos estrategia, a los diferentes ataques y/o verdades que emiten los diferentes candidatos de la fuerza democrática.
Hugo Chávez está flanqueado por todos los ángulos, por un lado un Diego Arria que acude a la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya a denunciarlo por sus violaciones a los Derechos Humanos, por el otro un Pablo Pérez que "camina y camina" por Venezuela, mientras que Henrique Capriles invita a los venezolanos a montarse en el autobús del progreso, sin dejar de mencionar a una María Corina Machado con porte de estadista que viene sacándole las cuentas de las consecuencias nefastas de su gobierno, y un Leopoldo López que salta obstáculos para la obtención de la "Mejor Venezuela", en conclusión el bombardeo es constante y permanente hacia su "gestión".
Los opinadores socialistas no tienen dirección, tambalean para responder ante tantos flancos, los voceros del régimen sólo reaccionan con esporádicas expresiones, más cargadas de miedo y de odio, que de argumentos que sean comprensibles y aceptables para la opinión pública.
El chavismo no dicta la agenda política del país como en otrora lo hacía, la capacidad de enredar el ambiente público del país ha mermado a tal punto que es hoy en día insignificante. Hugo Chávez ya no tiene la voz cantante en el debate de calle.
Seis candidatos presidenciales que intercambian sus ideas ante país son parte de las causas del deterioro de la imagen del chavismo, esas seis voces que protagonizan el contraataque democrático en contra del cuerpo herido del oficialismo son las causantes de la posición defensiva y reactiva del Gobierno “rojo, rojito”.
El tiempo va pasando y al gobierno le restan pocas jugadas en el tablero de ajedrez de la vida política nacional, hoy combate no sólo en contra de quienes dirigen las fuerzas de la Unidad Democrática, sino que libra un combate cuerpo a cuerpo con las arenas del reloj, que son inclementes e inexorables.
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En resumidas cuentas los "neo-comunistas" no encuentran su cauce que los llevó a ser dueños y señores del país por más de una década. No hay mal que dure 100 años, ni país que lo resista.
El contraataque democrático está surtiendo el efecto deseado, son extraordinarios dirigentes los que hoy llevan la vocería de la oposición, a tal nivel que el chavismo se quedó sin discurso, pero sobretodo está huérfano de calle y de apoyo popular.