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El abuso infantil es un tema que nos compete a todos y que tenemos que atacar para proteger a nuestros niños en México y, claro, en todo el planeta.
Esta problemática tiene cifras alarmantes; de acuerdo a los números de UNICEF, a nivel mundial, 150 millones de niñas y 73 millones de niños han sido víctimas de alguna forma de abuso sexual antes de cumplir los 18 años de edad.
Por su parte, el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, DIF, informa que se denuncian, en promedio, dos casos al día de abuso sexual.
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Además, en México, de acuerdo con estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el 27 por ciento de las agresiones sexuales a niños y niñas son realizadas por su padre; el 18 por ciento, por algún tío; el 16 por ciento, por un vecino y el 12 por ciento, por un hermano mayor.
En este sentido Asesoría, asociación enfocada en la prevención y orientación sobre el abuso sexual, se dio a la tarea de crear un programa para prevenir a todos los niños sobre este tipo de experiencias.
La directora, Rosario Alfaro, habló sobre la labor que realizan; así como una serie de consejos para evitar que se repita la violación a la integridad física y emocional de los infantes.
Rosario comentó que en México el abuso infantil es un tema que aún no tiene una buena tipificación dentro de las leyes, pues en muchos estados es considerado un delito sólo si hay una relación sexual con él (coito); sin embargo, el abuso se da de muchas formas:
Abuso sexual sin contacto físico
Mostrar sus genitales o exhibir su cuerpo desnudo o semidesnudo ante el agresor.
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Ver lo genitales o el cuerpo desnudo del agresor.
Ver pornografía o cualquier material erótico para adultos.
Ver un acto sexual de cualquier tipo, desde la masturbación hasta la relación sexual total.
Utilizar lenguaje obsceno haciendo alusión al acto sexual.
Abuso sexual asociado con contacto físico
Besar eróticamente al niño con o sin su consentimiento.
Frotamientos emulando una relación sexual con o sin ropa.
Tocar los genitales del menor, obligar que el niño toque sus propios genitales mientras el agresor lo observa, obligar al niño a tocar los genitales del agresor.
Practicarle al niño sexo oral o que el agresor pida al menor que se lo practique.
Que el agresor obligue al niño a tener relaciones sexuales anales o vaginales con él.
Ante la situación anterior, la labor que realiza Asesoría es organizar pláticas y programas para detectar y prevenir a los niños de que sufran abuso sexual.
En este sentido, aclara, existen menores que son más vulnerables a sufrir una violación, y son aquellos que no tienen una atención adecuada de los padres; aquellos que se sienten solos.
En México, los padres, en promedio, le dedican 40 minutos de su tiempo a sus hijos, una cifra muy pequeña, pues es recomendable que como mínimo pasen una hora con ellos, y esto no quiere decir sentarse a ver la tele; convivir con los hijos se refiere a hacer actividades que al menor le gusten. A su vez, hay que platicar con ellos y entenderlos; esto hará que el menor se sienta acogido y protegido.
Pero, ¿cómo saber si mi hijo es víctima de abuso sexual?
En Asesoría tienen muy claros cuáles son estos síntomas, que nos pueden decir si nuestro hijo esta siendo víctima de un abuso:
Problemas de alimentación; esto quiere decir que el niño coma de más o deje de ingerir.
Trastornos en el sueño, muchas veces los niños no pueden dormir o tienen muchas pesadillas.
Dificultades para que el niño se presente desnudo hacia otras personas por ejemplo ya no quiere que el medico lo revise o tampoco quiere que nadie lo toque.
Cambio en la conducta; por ejemplo: antes le gustaba salir a jugar; ahora, prefiere aislarse. Antes era sociable; ahora, ya no lo es.
Se lastiman así mismo, se pueden cortar el cabello, arañar o cortarse la ropa.
Los niños que han sido abusados sufren de eneuresis y encopresis que es hacerse pipi o popo en la cama.
Al punto anterior, Alfaro agrega que es necesario checar si los niños tienen algún signo que indique han sido abusados; por ejemplo: corroborar si el niño tiene sangre o semen en sus partes íntimas.
Otro signo es el cambio de humor: muchos niños presentan mucho enojo, rebeldía, desconfianza, miedo. Sin embargo, estos síntomas muchas veces se comparten con otros padecimientos, por lo que es necesario hablar con los hijos para descubrir la causa del malestar.
¿Qué características tiene un abusador?
Rosario explica que contrario a lo que uno podría pensar, los abusadores no son personas que se vean malvadas o perversas; sino todo lo contrario, generalmente son personas que tienen empatía con los niños y que se ganan rápidamente su confianza, por eso cuando nos enteramos de algunos casos descubrimos que la mayoría de los abusos se dan por algún familiar ya sea un tío, un hermano, el papá o un maestro.
Rosario hace énfasis en que es muy importante que los maestros y padres escuchen a los niños y les crean lo que le dicen, ésta es una de las maneras para combatir y prevenir el abuso.
Si un niño dice que un adulto lo obliga a mostrar su cuerpo o lo toca de una forma que lo hace sentir incomodo, ¡ojo!, si no se hace algo, el niño puede ser víctima de violación. Los padres tienen las herramientas para proteger a sus hijos pero hay que escucharlos.
En Asesoría las pláticas no sólo se dan a los niños; sino también a los maestros y a los padres, esto con la finalidad de crear un vínculo que informe y proteja al menor.
En este sentido, Asesoría cuenta con gente especializada y una unidad móvil que acompaña a todos los especialista para asesorar a los niños.
Dentro de esta unidad móvil los niños juegan con varios juguetes y a su vez son tratados por los especialistas.
¿Hablas con ellos sobre temas de sexualidad?