Conoce la historia de «Philomena»

Una señora de edad avanzada mira con gesto más tierno que desolado la vieja fotografía de un niño. Ese día él cumple 50 años, pero no ha vuelto a verlo desde que era un bebé. Es su hijo. Ella era una huérfana en un convento irlandés de monjas, donde fue internada por sus padres, para no volver a verla más, por cometer lo que consideraban un gran pecado: practicar sexo a los 14 años y quedar embarazada.

Las tiránicas monjas, que hacían trabajar a las chicas del hospicio durante larguísimas horas, los 7 días de la semana, en jornadas realmente inhumanas, no solamente las trataban pésimamente, sino que además se apoderaban de sus hijos para entregarlos en adopción a familias adineradas de Estados Unidos. Sin el consentimiento de las desgarradas madres, por supuesto.

La anciana, en compañía de un periodista de la fuente política, Martin Sixsmith, ex asesor del Primer Ministro británico Tony Blair y caído en desgracia por cometer una infidencia, lo que lo obliga a buscarse la vida de otra manera, haciendo investigaciones y reportajes para un tabloide de gran tirada, viajará a Estados Unidos en busca de ese hijo que le arrancaron y del que no sabe nada. Ambos vivirán cosas tan sorprendentes como emotivas.

Dos personajes opuestos

Esta historia, contada por Sixsmith en su libro El niño perdido de Philomena Lee, fue la que cautivó al realizador Stephen Frears para adaptarla a cine, con Judi Dench encarnando el personaje central, alternando con Steve Coogan, conocido comediante británico, quien al leer el libro quedó tan conmovido que se hizo con los derechos para la gran pantalla, con el objeto de interpretar al periodista, y así hacer su primer rol dramático, del cual ha salido total y absolutamente airoso.

“Yo quería encontrar un proyecto en el cual creer y así poder hacer algo entre las demás cosas que normalmente hago, que son en su mayoría comedias”, dice el actor en las notas de producción. Además de protagonizar la película, Coogan se encargó de escribir también el guión, junto a Jeff Pope.

Con cuatro nominaciones a los premios Oscar  -en las categorías de Mejor Película, Actriz,  Guión Adaptado y Música-, la cinta pone el acento  en la relación que se establece entre Philomena y Martin, dos seres diametralmente opuestos. Entre ambos se contraponen el sentido de la intuición y el del intelecto, lo que les proporciona no pocos roces en la aventura de ir juntos en busca del hijo perdido de ella en Estados Unidos.

“Martin era un periodista, un intelectual perteneciente a la clase media y educado en Oxford, que conoció a esta enfermera irlandesa, jubilada y de extracción obrera. Su relación me pareció muy interesante”, afirma el actor. Me gusta reír y hace reír a la gente, pero no quiero conformarme. Quiero hacer cosas que sean creativas y que signifiquen un desafío, que estén distantes de mi zona de confort”.

Una mujer sin cicatrices

Philomena, ya exhibiéndose en Venezuela, no es una adaptación literal del libro, sino que aborda los entretelones tras la producción de la obra. La misma Philomena Lee visitó en ciertas ocasiones el set de filmación, deslumbrando a todo el equipo. Stephen Frears se refirió a ella como una persona magnífica, que “no tiene sentido de la tragedia en su vida, no posee autocompasión, no carga ninguna cicatriz.”

Si algo ha demostrado en su prolífica carrera  el también director de La reina, Alta fidelidad y Relaciones peligrosas, es que lo que más le gusta es hablar de gente cotidiana en circunstancias complicadas, utilizando la comedia o el drama, introduciendo su sentido del humor en situaciones que no son precisamente alegres. Esas características son transparentes desde el comienzo de Philomena. Desde el arranque uno tiene la sensación de que hay un director que sabe contar historias, que los personajes resultarán reconocibles y profundamente humanos, que lo que les ocurre va a mantener nuestro interés. Y como casi siempre, Frears no decepciona, pues el tono que imprime al relato transmite verdad y encanto.

Medios como Variety han dicho que la película “juega astutamente con su material para obtener las risas e indignación justas, y también las lágrimas”. En tanto, USA Today la catalogó como “conmovedora, aguda y ligeramente divertida”.

Actriz como pocas

Judi Dench deslumbró a todos en la pasada edición del Festival de Venecia con su tierna, sutil y brillante interpretación de Philomena Lee e inclusive la daban como la virtual ganadora de la Copa Volpi a la mejor actriz, que finalmente fue a manos de la octogenaria intérprete italiana Elena Cotta por Via Castellana Bandiera, de Emma Dante. El filme tuvo que conformarse con el premio al mejor guión, como reconocimiento al brillante trabajo de Jeff Pope y Steve Coogan.

“Intento ayudar contando su historia”, expresó Judi Dench ante la prensa congregada en Venecia. “Considero una gran responsabilidad interpretar a alguien que está vivo. La verdadera Philomena es muy divertida e increíblemente viva y nos entendimos muy bien. Creo que tenemos un sentido del humor similar”, destacó la actriz, de 79 años, ganadora de un Óscar como secundaria por Shakespeare in Love.

En Philomena, Frears da una lección de buen cine, sin recurrir a los efectos especiales ni a las puestas en escena grandilocuentes. La química entre Dench y Coogan hace el resto, para ofrecer la que, sin ninguna duda, es una de las grandes películas del año pasado que compiten en ese rubro por el Óscar de Hollywood.

[Fuente: revistadominical.com.ve]