Ahora, saber cuándo es el mejor momento para comer determinados nutrientes es posible. La crononutrición o ritmonutrición aplica al campo de la nutrición los conocimientos de la cronobiología, rama de la biología que estudia los ritmos por los que se rigen los seres vivos. Estos ritmos se conocen como relojes biológicos.
Tal y como nos cuenta la doctora María José Barba Martínez, en el hombre, estos relojes biológicos están calibrados alrededor de las 24h del día (ritmo circadiano) y son reajustados cada día por los sincronizadores externos (alternancia día/noche o trabajo/reposo, vida social etc.). La actividad diaria de nuestras células tiene dos fases:
– De las 5h a las 17h: generan la energía necesaria para las múltiples actividades que nos ocupan durante el día.
– De las 17h a las 5h: se dedican, sobre todo, a la reparación y la regeneración para estar listas para el día siguiente.
Atendiendo a nuestro ritmo biológico, la doctora Barba Martínez nos da estas pautas de nutrición:
– Hay que tomar los alimentos en el momento de máxima eficacia y durante la mañana se necesita mente ágil y despierta, al igual que energía rápida que aportan los hidratos de carbono (pastas, cereales, legumbres, etc). Por eso es muy importante ingerir los hidratos de carbono por la mañana, principalmente en el desayuno.
– Hay que respetar el ritmo de 4 comidas diarias (desayuno, comida, merienda y cena) con horarios fijos para evitar los trastornos del comportamiento alimentario (sensación de hambre, picoteo, adicciones, etc.).
– Las proteínas animales deben ser ingeridas por la mañana y a mediodía.
– Los lípidos (Omega 3 y 6 que contienen pescados o frutos secos entre otros), deben ser ingeridos por la tarde y noche para asegurar un aporte de triptófano que a su vez permite la síntesis de serotonina y melatonina. Estas dos indolaminas favorecen la serenidad, la relajación, la tolerancia a las frustraciones, la disminución de las tendencias compulsivas, la preparación al sueño, etc.
– Hay que prestar atención a las interacciones alimentarias para optimizar la absorción de los nutrientes que ingerimos (hierro y calcio, hierro y vitamina C, etc.).
– Lo ideal sería irse a dormir mínimo 2 horas después de haber cenado para dar tiempo a realizar la digestión y favorecerla, con el sueño se endentecen todas las funciones y también se ve afectada la digestión provocando pesadez, pesadillas, no conciliar el sueño etc.
[Fuente: cosmohispano.com]