Durante su visita a la isla italiana de Lampedusa, el Papa calificó de “vergüenza” la muerte de miles de inmigrantes que tratan de cruzar el Mediterráneo. Francisco toco el corazón de una riquísima italiana, instalada en Malta.
Aterrada de ver los peligros que corre esa gente cuando se lanza al mar en embarcaciones de fortuna, ilusionados con alcanzar la rica Europa, Regina Catrambone compró y equipó un barco para socorrerlos.
Desde agosto de 2014, la italiana y su marido norteamericano, Christopher, cumplen una misión especial gracias al “Phoenix-1″, un ex pesquero de 40 metros de eslora. Es el primer barco privado de rescate de inmigrantes. Tiene lanchas fuera de borda, drones y equipo médico y material de supervivencia.
La idea surgió cuando ambos estaban en un crucero cerca de las costas libias y Regina vio flotando algo que parecía ser un abrigo. “Cuando le pregunté al capitán qué podía ser, respondió que seguramente se trataba de una prenda llevada por alguno de los inmigrantes que se ahogan cada semana en esas aguas”, relata Regina.
Después, llegó el llamado del Papa, que calificó de “verdadero cementerio marino” la zona situada entre las costas libias, tunecinas, y de Malta y Lampedusa.
“Fue una auténtica conmoción escuchar a Francisco pedir a quienes pueden ayudar a «sus hermanos» a no morir”, dice la italiana, profundamente católica, como su marido.
La pareja invirtió dos millones de dólares de su fortuna personal para crear la Fundación MOAS (Migrant Offshore Aid Station).
Cada vez que la tripulación divisa una embarcación, va a su encuentro en lanchas cargadas de agua potable, alimentos, chalecos salvavidas y material médico. Simultáneamente, previenen a las autoridades italianas o maltesas.
“Si están realmente en peligro, los recibimos a bordo para dispensar los primeros auxilios. Pero de ninguna manera los llevamos a tierra, para no ser acusados de ayudar a la inmigración ilegal”, precisa Regina.
“Hace un mes me reuní con un médico sirio, sobreviviente de la tragedia de octubre de 2013. Cuando la barcaza que los traía se hundió, su mujer e hija murieron ahogadas. Ese hombre lloraba mientras relataba que había iniciado ese viaje para dar un futuro a su hija. Cuando nos despedíamos me dijo algo que aún me hace temblar: «Si la muerte de mi mujer y de mi hija provocan una reacción, entonces no habrán muerto en vano»”, explica Regina.
Durante una misa celebrada a bordo la víspera de la primera salida del “Phoenix-1″, el sacerdote dijo a la tripulación que todos participaban en una misión decidida por Dios.
Las cifras son contundentes: más de 153.000 inmigrantes se lanzaron al Mediterráneo desde las costas del norte de África y Medio Oriente entre enero y octubre pasados; 3000 murieron en el intento. Etiopía, Eritrea, Somalia y Siria son los principales países de origen de los inmigrantes.
Tragedia: desde 2000 ya suman 22.000 los muertos en el Mediterráneo.
Esta millonaria se desprende de forma extravagante de parte de su dinero, demostrando un elevado grado de desapego y compromiso espiritual.
Fuente [Enpositivo.com]