Luego de 14 años bajo un mismo modelo político que abarca al gobierno y a la oposición es el momento ideal para que nazca en Venezuela una nueva alternativa que desde la acera de la disidencia política pueda aglutinar a sectores del oficialismo descontento, y a la oposición democrática y de a pie que anhela un viraje completo en la conducción del país.
El Gobierno ha fracasado en su propósito de unir a la nación, y la oposición actual no ha sido capaz de presentarle a la patria un proyecto que sea atractivo a las grandes mayoría de los venezolanos, por ende es oportuna la hora de promover una salida que nos lleve a un futuro de real progreso para todos y cada uno de los ciudadanos de esta república.
Los venezolanos se merecen que ambas fuerzas del tablero de ajedrez le permitan a nuevas organizaciones políticas abrirse paso, porque la hegemonía de una técnica que la integran dos equipos que parecen cómplices al momento de evaluar actitudes, no ha dado resultados excepto para aquellos que gozan de las miles del poder o de la influencia en él.
Esta alternativa que debe emerjer debe ser incluyente, abierta y con el ánimo de dialogar, debe ser una posición política que no le dé menos sentarse abiertamente y a la luz pública con el Gobierno para planificar medidas y soluciones a los graves problemas sociales que padecen los sectores humildes y medios de nuestra sociedad.
La alternativa debe enfocarse en trabajar por el bienestar de los estados y municipios, bajar a las comunidades y a su lado crear las condiciones necesarias para convertir a nuestro país en una potencia, pero una humana, solidaria y de crecimiento social y humano de sus integrantes.
En la actual oposición, sus dirigentes deben abrir las alamedas para que entren en la escena política nuevo actores que den un vuelco definitorio a la realidad socio-política de nuestra república; en el caso de Antonio Barreto, Gustavo Marcano, Marcos Figueroa, y Carlos Andrés Michelangeli debería revisar sus verdaderas opciones de triunfo y dar paso a nuevas opciones que en verdad garanticen mayor oportunidad de victoria debido a que refrescan el espectro político de la región o localidad.
Estos personajes deberían quedarse en la Asamblea Nacional, que es lugar donde el pueblo los colocó, y desde allí contribuir con la estabilidad del país haciendo contraloría a las iniciativas del Gobierno y denunciar lo que tenga que denunciar y criticar lo que tengan que hacerlo, porque seguir experimentando en ser candidatos en una alicaída plataforma como es la oposición actual es seguir siendo sinónimos de más reveses electorales que le costaría a la población más sinsabores y frustraciones.
Venezuela le urge una salida a esta situación que trágicamente padece y esa solución es un cambio rotundo a la forma de cómo es guiada desde el Gobierno y la oposición, necesita un concierto de todas sus formaciones políticas para así trabajar en procura del establecimiento de una nueva realidad social y política que nos permita salir del atolladero histórico en el cual estamos sumergidos.
Por Simone Augello / @simone_augello