Estamos en medio del primer trimestre del 2013, y es espantosa la triste realidad que padecemos los venezolanos, las decisiones de política económica que toma el gobierno de facto de Nicolás y Diosdado golpean incesantemente los bolsillos de todos los venezolanos, excepto de aquellos que disfrutando las mieles del poder se vanaglorian de su intocable posición de aventajados sociales.
La inflación es incontrolable, la crisis social que padecemos llega a niveles casi insoportable. ¡Esto está igual a Troya, ardiendo!
La escasez de productos como el pollo, la harina de pan, el papel higiénico, etc., etc., etc., y no sé cuanto más etcéteras tengamos que poner que se gramaticalmente correcto, pero apegado a la realidad de las carencias que poseemos y que además describa hirientemente el estado raquítico de los anaqueles de expendio de alimentos.
Los medicamentos están desapareciendo, ya los venezolanos no tienen que hacer solamente odiseas en busca de los productos para la mesa del hogar, sino que ahora marchan contrarreloj para hacerse de unas medicinas que como por arte de magia ya no se encuentran en ninguna parte y que son necesarias, para muchos, para continuar en el mundo de los vivos.
Pero mientras esto carcome la estabilidad económica de las familias de este país, el gobierno encerrado en las cuatro paredes del Palacio de Miraflores toman decisiones que lamentablemente lo que hacen es empobrecer más a la gente; el aumento de la Unidad Tributaria, la devaluación a destiempo, y otras medidas que a pesar que las niegan aún están en el ambiente como el aumento del IVA y de la gasolina, y recuerdan que cuando el río suena es porque piedras trae, son las que lleva adelante un gobierno que cada vez se aparta de su orientación social y se abraza con las política hambreadoras del Fondo Monetario Internacional.
Los venezolanos viven en este momento una situación extremadamente aguda, el Presidente de la República está enfermo, pero nadie sabe a ciencia cierta lo que le acontece en realidad, porque las aseveraciones del régimen si no son nubladas en otras ocasiones son contradictorias, ante esto la incertidumbre social hace de las suyas arrebatándole al pueblo sus capacidades de sosiego y ahogándolos más en una clima de intranquilidad que se une con el hambre que se profundiza en millones de hogares de este país.
Como venezolano, como dirigente social, como activista político tengo que alzar mi voz para rechazar contundentemente lo que sobrevivimos en este momento en la nación, todas las acciones llevadas a cabo por el Gobierno de facto sólo responden a su necesidad de mantenerse un poco más en el poder, importándoles un bledo las consecuencias que tengamos que pagar todos los venezolanos por estos incesante y premeditados errores económicos.
Por: Simone Augello / @simone_augello