En medio de la realidad convulsionada en el país es difícil criticar las gestiones locales, y esto lo digo no bajo una óptica puramente oposicionista sino como una obligación ciudadana en procura del desarrollo de un porvenir mejor para quienes habitamos las distintas comunidades.
Aunque es difícil, lo es mucho más en el caso particular de la administración municipal del pelotero Magglio Ordóñez, en Puerto La Cruz, no porque esta sea positiva o impactante, sino porque es totalmente invisible, patética, porque es un gobernante inactivo al 100%.
El municipio Juan Antonio Sotillo, que ha sufrido de tres gestiones rojas, rojitas, una más mala que la anterior, hoy está enfrentando la ausencia de una conducción real en el ejercicio del poder local.
El señor Ordoñez es prácticamente inexistente, mientras que los problemas de servicios públicos, de inseguridad personal y de infraestructura local se van empeorando en una velocidad cada vez más arrolladora.
El alcalde, para llamarlo así por ser electo y no tanto por su ejercicio de tal investidura, ha emprendido en dos o tres puntos de la ciudad unos notorios movimientos de tierra lo que ha provocado entre propios y extraños una serie de dudas e inquietudes.
¿Qué están haciendo? ¿Para qué serán esos trabajos? ¿Será la alcaldía, la gobernación o algunos empresarios que aún creen en el país y están construyendo? Como les dije es dificultoso emitir una opinión en medio de tanta incertidumbre y silencio oficial.
Lo que es igualmente de notorio, si en verdad son acciones gubernamentales, es la carencia de publicidad de la obra, como el reglamento y ley en nuestro país lo exige. ¿Por qué ocultan el nombre de la obra, el número de contrato y partida, el monto de la misma, la empresa constructora y el nombre de los ingenieros residentes o supervisores? Si los trabajos son del ayuntamiento ¿cuál es la necesidad de ocultar información?
La visión sectaria, ocultista (tanto por su connotación de silencio como de maldad) es lo que ha movido a la silenciosa e inoperante gestión de un pelotero que está ocupando la caja de bateo, y a pesar de su fama ya lleva varios ponches parado, sin abanicar siquiera, ante las rectas de los problemas sociales, económicos y colectivos que agobian sin cesar a los portocruzanos.
Es totalmente difícil criticar algo que no se ve, que no se siente, que no se palpa, que nadie conoce, porque lo que va de Gobierno del señor Ordoñez es poco ruido y menos nueces a la hora de hacer por ese pueblo que le votó en las pasadas elecciones.
Sin temor a equivocarme le diré que este período será el del “voto del silencio e inoperatividad”, pues una especie de período sabático para la Alcaldía. ¡Qué difícil es!
Simone Augello / @Simone_Augello