Imagínese que usted ha estado invirtiendo una buena cantidad de tiempo y dinero, desarrollando una nueva tecnología que, a su parecer, marcará un cambio en su industria.
Llega luego el momento de cuidar su inversión y usted se plantea la interrogante de proteger herméticamente su patente o dejar que sus rivales se beneficien de su investigación para darle un impulso mayor a todo el mercado.
Pues bien, Elon Musk, el impredecible jefe de Tesla Motors, ha optado por la segunda opción, abriendo el uso de sus patentes a otros para acelerar el desarrollo del coche eléctrico y extender su uso.
La compañía diseñó el Model S, un auto eléctrico capaz de acelerar tan rápidamente como el coche deportivo Porsche 911, ofreciendo una distancia entre recargas de aproximadamente 400 kilómetros. Se le considera a la vanguardia en el mercado de coches eléctricos.
En una entrevista reciente con la BBC Musk se mostró sorprendido de que otros fabricantes de autos no hubiesen hecho algo parecido, añadiendo que no había nada que ganar en crear barreras para el desarrollo de autos eléctricos.
Abriendo caminos
En ese sentido la decisión de Musk sería pionera en la industria automotriz.
Los fabricantes de autos sí comparten algunas patentes, muchas veces en proyectos conjuntos en los que han compartido los costos de investigación. Frecuentemente otorgan licencias de diseño a fabricantes de partes, usualmente por un costo considerable. Sin embargo, como regla no ceden sus ideas.
La gran excepción fue la decisión de Volvo en la década de los 60 de dar el diseño de un cinturón de seguridad de tres puntos a otros fabricantes. Pero esa fue una decisión tomada totalmente con fines altruistas y no comerciales.
En algunos industrias, sin embargo, compartir tecnología es algo relativamente común. En informática el término “open source” está bien establecido. Tanto en software y diseños de hardware pueden estar disponibles bajo una licencia gratis, permitiendo su uso, distribución y modificación.
La idea es que esto promueve la colaboración entre investigadores, impulsa desarrollos más rápidos y nivela el campo de juego entre pequeños operadores y grandes empresas. También puede sentar las bases para construir nuevos mercados.
“Investigadores gratis”
La iniciativa Android liderada por Google, por ejemplo, ha creado una plataforma de software que cualquiera puede usar. Como resultado hay ahora una industria pujante en el desarrollo de aplicaciones para aparatos Android. Eso, sin mencionar los propios aparatos.
Un fan de este sistema es Adrian Bowyer, fundador del Proyecto RepRap, una iniciativa surgida en 2005 que puso a la disposición diseños para impresoras 3D libremente online. Bowyer también maneja una compañía que vende kits para impresoras. Para él, el modelo “open source” ha sido enormemente beneficioso.
«Eso convierte a todos nuestros clientes en desarrolladores”, dice. “Todo el que compra una de nuestras máquinas pueden saber cómo funciona, editar los programas que la controlan y muchas veces nos envían sugerencias para mejorar. Tenemos una enorme cantidad de investigadores libres disponibles”.
El riesgo obvio es que los rivales simplemente se aprovechen de la oportunidad de obtener investigaciones gratis, pero Bowyer dice que eso normalmente no sucede.
“En su gran mayoría no lo hacen”, sostiene. “Sí toman algo, pero entonces probablemente siguen adelante de todos modos porque es un campo que avanza rápidamente”.
Guerra de móviles
Sin embargo, sí existen dificultades según Alex Wilson, un abogado especializado en patentes que trabaja para Powell Gilbert, quien indica que la industria de los teléfonos móviles ofrece algunos ejemplos de los beneficios y las desventajas de compartir la tecnología.
En la década de los 80 las firmas europeas de telecomunicaciones trabajaron conjuntamente para crear una plataforma común para teléfonos móviles, juntando sus patentes para crear lo que a la postre se convertiría en el estándar global GSM
“Fue exitosa en impulsar la tecnología y conseguir que fuese adoptada en todo el mundo”, dice Wilson.
“El problema ocurrió más tarde cuando fue tan exitoso que todos las compañías que participaban en el mercado comenzaron a discutir sobre el monto que deberían pagar por el uso de esas patentes”.
Wilson considera que la creación de un estándar común también permitió que quienes llegaran tarde al mercado de los móviles, tales como Samsung y Apple, se adelantaran a sus rivales más establecidos.
«Si miras a lo que sucedió con los fabricantes europeos como Nokia y Ericsson, han sido relegados por las compañías más grandes que se manejan con su tecnología”, apunta.
Ahora Apple y Samsung son las empresas dominantes y ambas se han vuelto extremadamente protectoras de las patentes que ellas mismas desarrollaron.
Impacto de Tesla
¿Y qué de Tesla? Mucho depende en la tecnología que la compañía decida compartir. Ya ha indicado que ayudará a otros fabricantes a adaptar sus autos al uso de su red de estaciones de recarga.
Eso tiene sentido ya que la falta de infraestructura de recarga es precisamente considerado como uno de los factores que frena la venta de vehículos eléctricos.
Pero si cedieran los secretos del Model S, ¿sería eso un cambio fundamental en la industria?
“Eso depende de lo grande que sea relamente su ventaja sobre los otros fabricantes”, señala Jay Nagley de la asesora automotriz Red Spy.
“Con el Modelo S. parecen haber hecho un trabajo impresionante desarrollando la existente tecnología, pero no parecen tener nada que sea en realidad nueva tecnología”.
“Son líderes en el mercado, pero parecen estar en la misma vuelta que el resto de competidores”.
Fuente [Bbcmundo.com]