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La gran mayoría de las empresas pequeñas y medianas de Venezuela son regidas bajo un sistema muy improvisado, en el cual no se aprecian las normas que escuelas corporativas estudian y nos enseñan. Es normal ver como el dueño de algún negocio dirige el mismo bajo pensamientos de “querer ganar dinero” o “vender el producto” sin tomar en cuenta las ventajas que le traería a dicha empresa estimular la cultura que se da allí.
Es en este punto donde una persona se daría cuenta de que Venezuela aun no esta preparada para ser un país empresarial, sin mencionar los límites y obstáculos que le pone a dicho sistema corporativo el mismo gobierno. Entonces, si queremos estimular nuestro sector privado, no solo haría falta lo que muchas personas piensan que es: “cambiar de gobierno” o que “el país sea dirigido por algún presidente de ideología capitalista” sino, optimizar nuestra cultura empresarial.
Por ello, considero que todos los trabajadores debemos empezar a poner rienda suelta a esta formación tomando las bases empresariales, valores, pensamientos y cultura que aunque suene tedioso, conllevará al crecimiento de la organización.
Pero, ¿qué definimos como cultura organizacional? Pues los expertos dicen que son todas aquellas costumbres que hacen operar de forma organizada y efectiva a un negocio o empresa. Entonces, si estos pensamientos pertenecen a bases filosóficas que ya tienen alrededor de siete u ocho décadas, llegamos a otra pregunta, ¿Qué tan atrasada está la cultura empresarial en Venezuela? A mi parecer, bastante.
¿Que deberíamos hacer?
Primero, debemos enfocarnos y visualizar los cambios que nos traería ejecutar dicha costumbre en nuestra empresa, qué beneficios nos traería ya que esto funciona como un motivador para el desarrollo del sistema corporativo.
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Segundo, tenemos que alejarnos de esa forma improvisada que tienen la mayoría de los negocios. Cosa que es difícil ya que la cultura venezolana nos ha enseñado a ser muy improvisadores y a “buscar el camino más fácil” en lo que al trabajo se refiere, sin ponernos retos ni objetivos intentamos siempre “salir del paso”.
Una vez cambiemos esto podríamos darle lugar a nuevas costumbres que si bien algún día existieron en nuestro país, hoy es una rareza. El cambio es bueno, y para una Venezuela que en la actualidad sufre tantas cosas malas, quedaría “como anillo al dedo”.
@tonymotaban / Antonio Motabán