Recuerdo la época no muy lejana, un par de décadas atrás, en la que nuestra vecina y hermana República Colombiana no era precisamente el mejor país en América Latina en diversos aspectos, una inseguridad aterradora, la guerrilla azotando, el narcotráfico en sus mejores momentos, anclado y en franco crecimiento. De hecho, hasta contaban con un “reyezuelo”: Pablo Escobar Gaviria, criminal de alto rango, narcotraficante, asesino despiadado, quien disfrutaba del hermoso país a sus anchas al más puro estilo del jet set mundial y, quien se hubiese convertido en una suerte de “Robin Hood” colombiano.
En esa época, los venezolanos no queríamos visitar Colombia, los negocios no resultaban atractivos, no queríamos tener nada que ver con el peso colombiano, que se cotizaba muy por debajo del bolívar.
Por otra parte, el éxodo de colombianos era inmenso, emigraban tanto a Venezuela como a múltiples destinos en búsqueda de mejor calidad de vida, seguridad, oportunidades de empleo, buscando otorgar a sus familias un mejor futuro, muy parecido a una historia contemporánea y en desarrollo, que es material para otro artículo.
Pues muy afortunadamente, el otrora decadente país vecino, al que no se apostaba mucho, ya no es el mismo. Y es que resulta, que pese a lo que se critique de las recientes administraciones – Pastrana, Gaviria, Uribe y Santos –, la hermana nación ha dado un giro de 180 grados, para mejorar de una manera impresionante y plausible.
El reyezuelo murió, la guerrilla está desarticulada y con la menor fuerza en la historia, la seguridad se ha devuelto a la población, los negocios cada día resultan más atractivos – incluso a nivel internacional – lo cual me consta luego de haberme reunido en varias oportunidades con los representantes de negocios internacionales de la Embajada de Colombia y, de haber conocido la manera en que ciudades como Medellín, que fuera en alguna oportunidad, una ciudad del narcotráfico, se ha convertido en una pujante ciudad de negocios, con grandes empresas, inversiones multimillonarias, un aeropuerto internacional de primera y, en fin, condiciones completamente atractivas para empresarios e inversionistas, que se han implementado muy inteligentemente.
En los últimos días se dio, lo que sin duda, ha sido el golpe más duro a la guerrilla, específicamente a las FARC, dando muerte a “Alfonso Cano”, otro golpe de la Administración Santos, con todas las críticas que personalmente tengo a la misma, de las cuales hablaré en otra oportunidad. Y es justo en este momento, cuando parece increíble que existan países que todavía, se presten para apoyar a estas organizaciones terroristas reconocidas a nivel internacional, a tal punto que se erijan estatuas en honor a “héroes” guerrilleros caídos o, que se les de vivienda y trato diplomático como a “Iván Márquez”. ¿Qué nos pasó? ¿En qué nos convertimos? Siempre fuimos un pueblo amigo, pacífico, alegre, con valores y, tengo Fe en que todo esto regresará porque estas cualidades no se pierden tan fácilmente, somos gente buena y saldremos adelante.
Enrique J. Mundarain Egui / @emundara