Hasta aquí nos trajo el río. A estas alturas del juego electoral la gran mayoría de los venezolanos ha tomado su decisión, por mi parte ya opté por la opción que juzgo la mejor para que la democracia retorne a Venezuela en su máxima expresión, me incliné por la alternativa de gobierno que garantice libertad, inclusión y bienestar para todos. Sé que millones de venezolanos han tomado su decisión, pero este 7 de octubre será una fecha transcendental para la vida nacional, será un momento que dejará una huella imborrable en la memoria colectiva de la nación, y por eso los invito a realizar una última meditación.
Estamos frente a un elección, estamos mirándole a los ojos al destino y no parpadeamos, no se nos enfría el guarapo, por el contrario los venezolanos siempre firmes, desde cualquiera de los lados donde militemos, defendemos nuestro criterio con el gallardo civismo que nos ha caracterizado como pueblo. Esta elección es mucho más que un simple proceso, de esos que encadenan los eslabones de la democracia, es una puerta de entrada hacia la concepción de país que nos regirá por el próximo sexenio.
Un país. Somos una patria de grandes riquezas, somos una república que ha sido bendecida por Dios, somos una nación que por encima de las dificultades, que las hemos tenido por montones, nos sobreponemos a las caídas que sufrimos por esas rutas de la historia. Somos Venezuela, única, grande, vivaracha, somos un pueblo que nos crecemos cada día, inclusive en los peores momentos de nuestra vida republicada.
Pero esta elección que nos toca tomar tiene como rasgo fundamental de ser o una cicatriz auto-afligida o una marca de vida, (el punto de partida del nacimiento de una nueva era). La decisión está en tus manos, el futuro del país está en tu decisión, sé que ya decidiste tu voto, pero reflexiónalo, piénsalo muy bien, no es cualquier cosa lo que está en jugo, es Venezuela, es tu familia, es el porvenir lo que está apostado en la mesa.
Los venezolanos a pesar de los problemas y de los pensamientos divergentes que nos ha colocado a la mitad de la población en una acera y la otra mitad en la calzada de enfrente, seguimos haciendo esa misma república de populares refranes, de joviales invitaciones y de arpa tramada, seguimos siendo el mismo país, pero con una consciencia democrática profunda. El gran reto de la sociedad venezolana después de las elecciones es el de luchar incansablemente para lograr la reconciliación nacional, para alcanzar el reencuentro de todos los venezolanos.
Siempre he soñado, y siempre he trabajado en las humildes trincheras que he ocupado actuar en estos largos 14 años, por una nación diferente, por una Venezuela de encuentros y de discusiones abiertas y sinceras, pero sin violencia o sectarismos, he anhelado la construcción de una Venezuela donde entremos todos, donde usted, aquél o yo seamos respetados sin valorar nuestras posiciones políticas.
Por: José Dionisio Solórzano / @jdsolorzano