Apreciados lectores en esta oportunidad dirigiré estás breves líneas a analizar un tema local, a disertar sobre la realidad que padece el municipio Juan Antonio Sotillo, esbozaré los problemas que vemos en el centro de Puerto La Cruz y en toda la Parroquia Pozuelos que abarca la populosa zona alta y el área de expansión hacia el eje socio-rural de San Diego-El Rincón.
La inseguridad, los malos servicios públicos, la vialidad, la basura son alguno de los padecimientos más comunes que padecemos todos los moradores de la ciudad porteña; el alcalde de la localidad brilla y brilla por su ausencia notoria, por su silencio cómodo y su pasividad para resolver las necesidades de Puerto La Cruz.
¿Usted cree amigo lector, siendo o no habitante de esta ciudad, que el municipio debe estar en el grado de abandono en el cual se encuentra?, para mí Puerto La Cruz es mucho mejor que sus gobernantes, tanto el actual como su antecesor.
Pareciera que Sotillo fue el preámbulo de lo que ocurriría en el país tiempo después, es decir, aquí nadie pensaba que pudiera existir un alcalde peor que Nelson Moreno, pero dudamos de la capacidad hacia lo mediocre que posee el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que superándose así mismo alcanzó la meta y parió de sus entrañas a Stalin Fuentes quien con creces superó a su maestro, tal cual lo ocurrido entre el finado Hugo y su sucesor Nicolás, donde éste último aventajó en errores a su “padastro”, porque de lo posiblemente bueno de aquél no sacó nada.
Puerto La Cruz no merece, y lo reitero, estar dirigida por un grupo de enchufados que por más de 12 años han permanecido enquistados en la alcaldía, dejándola en bancarrota porque son obvias las deudas que arrastran, como obra y legado de su “filosofía de gobierno”.
Siempre he manifestado y creído que la política es como un apostolado, por eso, como decía San Josemaría Escrivá de Balaguer, debemos tener presente que “para servir, servir” lo que indica que para ser útiles hace falta tener espíritu de servicio y demostrarlo con obras, lo que es invidente que no se ha hecho a los largo de estos años en Puerto La Cruz.
Por estas razones la ciudad se pregunta ¿y el alcalde?, dónde está aquél candidato que venía de ser un buen director de la Clínica, un médico querido por su bondad, dónde quedó ese concejal que fue el más votado, sin duda que a esos personajes se los tragó el poder mal entendido y la incapacidad disfrazada con una sonrisa fingida, pero que en su momento supo embaucar.
Los portocruzanos ya sabemos, gracias a la experiencia dolorosa, que quienes pueden ser buenos en su profesión no necesariamente pueden ser gerentes de una ciudad tan compleja como la nuestra.
¿Y el alcalde?, se seguirá preguntando más de uno. Pareciera que últimamente salió a realizar algunos trabajos de “pañitos de agua tibia”, porque se enteró, después de 4 años, que esa es su obligación.
Pero no todo es malo querido lector, sí hay sus cosas buenas, lo más positivo es que en este diciembre usted portocruzano podrá cambiar esta triste realidad y darle a la ciudad un mejor alcalde y mejores concejales que sí sirvan para servirlo a usted y a los suyos.
Por: José Dionisio Solórzano / @jdsolorzano