¡Sí, ha sido un banquete! Uno de esos a todo dar, lo que parece que se han dado algunos inquilinos del poder municipal en este estado; el tiempo tiene sus medidas y siempre la luz vence a las penumbras, de eso todos pueden estar seguros.
A lo largo de estos años, especialmente en los últimos tiempos, se han visto por la prensa constantes hechos de presuntas irregularidades que sin lugar a dudas le han dejado al ciudadano de a pie un mal sabor de boca.
Iniciemos este recorrido por el municipio Juan Antonio Sotillo, aquí es particular hablar de lo sucedido por el Elevado de Puerto La Cruz, muchas voces entre ellas las del próximo alcalde Marcos Figueroa, se levantaron para advertir lo que parecía que sucedía, sin embargo todo quedó allí gracias a unas autoridades que no investigan.
¿La planta de asfalto?, ¿se acuerdan? Aquella que está vía El Rincón también fue objeto de innumerables inquisitorias públicas, las cuales jamás fueron respondidas con precisión por el alcalde más flojo que ha tenido Venezuela.
También en el municipio Sotillo se pudiera hablar de lo que hay detrás de la quiebra de hecho de la Clínica Jesús de Nazareth, así como de otros episodios que enturbian el sosiego de los portocruzanos, quienes hemos visto como han destruido nuestro municipio.
En Barcelona también se habló de la planta de asfalto que construyeron allá y según denunciaron varias personas está llena de vicios, aunque jamás se llegó a ciencia cierta a un punto de verificación de todas estas aseveraciones, aunque lo que sí se denota es que el asfalto jamás llegó a las comunidades de la capital del estado.
En el municipio Diego Bautista Urbaneja la Asociación de Propietarios de El Morro (Apmo), a través de su presidente Rubén Malaver y asesores legales como el doctor Francisco Arreaza, denunció la ilegalidad de la reactivación de lo que ellos calificaron como “el cascarón vacío y quebrado” de Caztor.
A su vez en Lechería se ha hablado mucho de la privatización del servicio de recolección de impuestos a través de la empresa Segecom, la cual en su momento fue objetada por propios y extraños, sin dejar de mencionar los casos de presión a emprendedores como el acontecido a los representantes de la Marina El Morro.
Así llegamos en nuestro recorrido por la zona Norte al municipio Guanta, donde incansablemente, entre otros, el dirigente político Luis Gil ha mantenido una constante defensa de la verdad y de los derechos de los guanteños ante lo que pondera como “el gobierno de la mentira”.
El municipio portuario ha sido objeto de promesas rotas y de presuntos hechos que se han denunciado y colocados en la palestra pública que buscan debatir sobre el desempeño del mandatario local.
Todo esto nos indica que a los comensales que se sentaron a degustar de las mieles del poder hace cuatro años y un poco más se comieron la entrada, el postre, los pasa-palos y dejaron espacio para el plato fuerte que ha sido decorado con episodios que la opinión pública no juzga como los mejores.
Será el tiempo que es inexorable, será el pueblo a través del voto quienes determinen cual será el destino de los cuatro mosqueteros que hicieron y desasieron durante este período de gobierno.
¡Amanecerá y veremos, siempre amanece!
@jdsolorzano / José Dionisio Solórzano