Los anzoatiguenses estamos frente a dos modelos distintos de ver las responsabilidades en la administración pública, estamos delante de dos modelos políticos, estamos entre la bifurcación de dos formas de gobernar. Y somos cada uno de nosotros los llamados a decidir lo que queremos para Anzoátegui.
Nosotros, todos los electores de este estado, tenemos un compromiso con el futuro de Anzoátegui, nosotros en este momento estamos debatiendo entre la propuesta de desarrollo que encarna el candidato de la unidad democrática, Antonio Barreto Sira, y aquella que representa el aspirante importado, aquél que nos trajeron como turista, y que sólo nos ha prometido venir a “esbaratar a nuestro estado”.
Mientras uno conociendo las necesidades de nuestra gente, porque cae en el mismo hueco que tú y que yo, porque se le va la luz tantas veces como a cada uno de nosotros, que siente el mismo susto cuando sus hijos salen a la calle, nos propone darlo Todo Por Anzoátegui; el otro su oponente, el representante del continuismo que representa la improvisación que ya lleva más de 14 años destruyendo a nuestra gente, sólo es capaz de aseverar que viene a arrasar con lo poco que han dejado sus compañeros de partido.
Antonio Barreto Sira se rodeó de un experimentado grupo de anzoatiguenses y llevando las peticiones que se recogen día a día entre el pueblo en los caseríos, barrios, y urbanizaciones, que se recopilan conversando con los consejos comunales, estructuró un plan de desarrollo 100% anzoatiguense, hecho por gente de aquí para beneficiar a toda nuestra región. En cambio su oponente, Aristóbulo Istúriz, es el símbolo del fracaso, es la viva imagen de la improvisación, esa que nos ha condenado a vivir bajo un régimen de necesidad verdaderamente socialista porque atenta directamente a todos los anzoatiguenses por igual.
Yo le voy al desarrollo, voto por la mejor opción, esa que encarna el popularmente llamado “gallo del patio”, porque presenta un programa que abarca soluciones al problema del desempleo, la inseguridad, la insalubridad, porque plantea un compromiso creíble y realizable para el beneficio de todos los anzoatiguenses; mientras el otro, ese que ha venido a turistear, sólo dice tener la experiencia de David De Lima para gobernar, a lo que le respondemos que “hay experiencias que matan”.
Entre el desarrollo y la improvisación yo voto por el desarrollo, este 16 de diciembre, estoy convencido que la mejor alternativa es la que representa el candidato de la unidad democrática. Te invito a salir a votar por el aspirante que nos afirma que lo dará todo con todos para hacer de este el mejor estado de Venezuela.
¡Anzoatiguense vota!; vota por Anzoátegui en la tarjeta de tu preferencia, aunque como socialcristiano sellaré la verde, esa que simboliza la solvencia moral de los venezolanos, esa que nos habla de un país de encuentro y con la mirada puesta en el futuro.
El destino de nuestro estado está en nuestras manos, vamos todos a expresarnos.
Por José Dionisio Solórzano / @jdsolorzano