Has logrado llevarla a la cama. Si se trata de tu mujer o novia de siempre, es esto lo más sencillo de hacer. Se trata de tocar los botones adecuados para encenderla. Y si has hecho todo en forma correcta, ella estará terriblemente excitada y rogará para que lo concretes.
Pero claro, el encuentro amatorio raramente se trata sólo de eso, y para hacerlo bien sería conveniente prestar atención a las señales no verbales de tu compañera.
El lenguaje no verbal de las mujeres en la cama
– Observa cómo mueve su pelvis. Las mujeres suelen mover la pelvis en forma involuntaria a medida que van “ganando temperatura”, de modo que es poco factible que se encuentre fingiendo tales movimientos.
– Si ella acerca su pelvis a tu cuerpo y/o pone sus manos sobre tu trasero y te atrae hacia ella, es seguro que quiere que lo acerques o al menos iniciar un contacto en la zona genital.
– Si su pelvis se aleja de ti y/o si pone sus manos sobre tu pecho, como bloqueándote el paso, esto quiere decir que podrías estar impactando en el útero (lo que suele ser doloroso para una mujer), de modo que deberías bucear en aguas menos profundas por algunos instantes.
– Presta atención al color de su piel y a su respiración. El jadeo y la respiración fuerte indican que el placer está aumentando.
– Escucha sus gemidos. ¿No los escuchas? Tal vez esperes algo grandilocuente, como esas explosiones de éxtasis de las películas porno, y sea por esto que no lo percibes. Dependiendo de la mujer, los gemidos pueden tener distintos grados de sutileza, e incluso algunas pueden intentar tragárselos. Aprende a escuchar sus gemidos.
– Existen ciertos ángulos desde los cuales puedes hacerla sentir en las nubes. Por ejemplo, si rozas su punto G, podrías sacarle un boleto sin escalas al reino de los cielos.
En consecuencia, presta atención a sus señales obvias (muchas de las cuales son difíciles de fingir, especialmente para el sexo entre parejas estables o entre casados) y podrás tener una idea de sus deseos sin grandes misterios.
Pero por sobre todas las cosas no te preocupes. Lo mejor que puedes hacer es dejarte llevar por la pasión, y no pensar en si lo estás haciendo bien o lo estás haciendo mal. Cuando algo bueno esté sucediendo, ella misma te lo hará saber (ya sea en forma explícita o con las señales de su cuerpo).