Tener un hijo es una de las decisiones más importantes que puedas tomar. Si tu instinto maternal se ha despertado y quieres dar el paso nada mejor que preparar cuerpo y mente con tiempo suficiente para que nada te pille por sorpresa y tu embarazo sea un momento único y absolutamente gratificante.
Visita al médico
Aunque seas una mujer sana, en edad fértil y con buen estado general de salud, una visita al médico es más que aconsejable para detectar cualquier posible anomalía que pueda ser fácilmente subsanable. Un simple análisis de sangre descartará cualquier tipo de anemia, falta de vitaminas o elevados índices de glucosa que podrían derivar en una diabetes estacional.
El médico, además, te indicará, (casi con total seguridad), la necesidad de empezar a tomar ácido fólico, muy importante a la hora de prevenir defectos congénitos y garantizar el correcto desarrollo de la médula espinal del bebé.
En esta primera charla con el especialista, tendrás oportunidad de plantearle todas tus dudas e inquietudes, algo que te aportará tranquilidad y seguridad a la hora de afrontar tu nuevo estado. Tan importante como el tema sanitario es tu estado anímico, así que aprovecha y habla con total confianza de todo aquello que te preocupe.
Una vez estudiado tu historial, el médico determinará, si lo considera necesario, otras posibles pruebas que garanticen el perfecto desarrollo de tu embarazo y que, llegado el momento, tendrás un niño/a sano, fuerte y “guapísimo” (para ti no habrá otro más bonito).
Es habitual la toma de la tensión arterial, descartando así el peligro de hipertensión, y la comprobación de tu inmunidad frente a la varicela, la rubeola y la toxoplasmosis. Si no has pasado las dos primeras enfermedades y no fuiste vacunada de pequeña, seguramente te recomendará que te vacunes unos meses antes de intentar quedar embarazada porque en caso de contraerlas podrían suponer un peligro para el feto. En cuanto a la toxoplasmosis, te prevendrá sobre la importancia de no tomar carnes poco cocinadas (ni embutidos crudos) y sobre la conveniencia de evitar acercarte a los gatos (a sus excrementos).
Según tus características físicas (peso, edad, antecedentes clínicos, etc) el médico podrá aconsejarte sobre hábitos alimentarios adecuados, complejos vitamínicos, necesidad de mayor o menor reposo, y otros muchos aspectos.
Alimentación sana
Una dieta equilibrada siempre es necesaria pero si vas a por el bebé debes cuidarla aún más. Elige alimentos ricos en vitaminas, proteínas y minerales, limitando el consumo de grasas. Si tienes algo de sobrepeso, procura eliminar esos kilos de más antes del embarazo (sin exageraciones) y, por el contrario, si estás muy delgada, asegúrate de que tu alimentación es la correcta.
Ten en cuenta que muchas mujeres pierden peso en las primeras semanas del embarazo (es normal y luego se recuperan “con creces”).
Carnes, frutas, verduras, legumbres, cereales… no hay que comer pensando en dos pero sí comer variado y en las proporciones adecuadas. El pescado también es muy saludable y necesario por su bajo contenido en grasas y riqueza en proteínas y omega 3, pero ¡ojo! los que tienen una alta concentración de mercurio debido a la contaminación marina (tiburón, pez espada, atún rojo), no son recomendables para embarazadas ni para niños menores de tres años, según advertencia del Ministerio de Sanidad.
Hábitos saludables
Tanto en los meses en los que estés intentado quedarte embarazada como durante la gestación deberás evitar la ingesta de sustancias nocivas como el tabaco (excelente momento para dejar definitivamente ese hábito tan perjudicial), el alcohol o la cafeína en exceso. Procura hacer una buena “limpieza” de tu organismo tomando gran cantidad de agua, zumos naturales y líquidos en general que te ayuden a eliminar toxinas.
Es muy importante que sigas estos hábitos saludables desde el momento en el que tomes la decisión de ser madre porque ten en cuenta que podrías estar embarazada de pocas semanas y tú ni siquiera saberlo, y ese primer periodo es de vital importancia para la salud del bebé y para la correcta formación de sus distintos órganos.
En cuanto a la práctica de deportes, siempre que sea moderada es muy conveniente para que te sientas bien y en forma pero evitando, en cualquier caso, las actividades de gran impacto (más vale prevenir). Un paseo, nadar, o suaves ejercicios de gimnasia de mantenimiento te vendrán bien. Cuando ya estés embarazada deberás consultar con tu médico la conveniencia o no de determinadas prácticas.
La matrona también te podrá recomendar ejercicios y movimientos físicos especialmente indicados para embarazadas que no sólo harán que te sientas muy bien, sino que te ayudarán en el momento de dar a luz y en la posterior fase de recuperación de la figura.
Si quieres tener una mayor certeza de cuáles son los días más adecuados para intentar quedarte embarazada, existen test que te indican los periodos más favorables, cuando se produce la ovulación, aunque… un consejo: no te obsesiones, si no existe ningún impedimento, el soñado bebé, llegará.
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