Científicos del Conicet demostraron que al asociar un aprendizaje a un hecho novedoso mejora la memoria sobre lo que se aprende en una clase. Fabricio Ballarini y Haydée Viola, que trabajan en el laboratorio de Memoria del Instituto de Biología Celular y Neurociencias “Prof. De Robertis”, y publicaron su investigación en la revista científica PLOS One, llegaron a la siguiente conclusión: un simple cuento o relato puede ser mejor recordado en todos sus detalles por alumnos de primaria si se lo asocia a un acontecimiento no habitual, como por ejemplo una clase de ciencias.
El mecanismo se denomina “etiquetado conductual”. Realizaron cuestionarios a 1.600 estudiantes de segundo a cuarto grado de ocho escuelas primarias de la provincia de Buenos Aires y se dieron cuenta de “que la memoria de largo término puede ser mejorada mediante la experiencia de una clase novedosa de unos 15 minutos de duración, brindada una hora antes o una hora después del aprendizaje”.
Para la actividad, se leyeron a los alumnos dos cuentos de Ema Wolf: Gervasio el hombre bala y Dientes. Una hora después, se dictó una clase de ciencia para algunos de los chicos que escucharon el relato. Al otro día se les tomó un examen sobre lo leído. Los alumnos que presenciaron el ‘evento novedoso’ memorizaron mucho mejor el relato que quienes no lo presenciaron”, comentó Ballarini en el sitio de divulgación del Conicet.
El objetivo era analizar si en los humanos se pueden formar memorias duraderas mediante un mecanismo similar al recientemente demostrado en ratones. Los resultados arrojaron que el 60% de los estudiantes que participaron de la clase de ciencia respondieron correctamente las preguntas de mayor grado de dificultad sobre detalles específicos de la historia. Sólo el 20% de los que no la presenciaron acertaron esas mismas preguntas. Estadísticamente, una mejora del 200 por ciento.
Según Ballarini, el método resulta efectivo utilizando diferentes aprendizajes a memorizar. Por ejemplo, presentaron a los estudiantes una figura geométrica compleja y luego un grupo de alumnos participó de una clase sorpresa de ciencia. Los resultados fueron similares.
El experimento arrojó resultados positivos sólo si la clase de ciencia era dictada una hora antes o una hora después de lo que se pretendía recordar. Si era presenciada a tiempos mayores a las cuatro horas, la memoria no mejoraba.
[Fuente: Clarin.com]