Concluye la primera semana de campaña formal. El contraste en estilo y discurso es total. Capriles ha comenzado una cruzada denominada pueblo a pueblo, que lo llevó a arrancar su campaña en los pequeños poblados fronterizos de Santa Elena de Uairén y la Guajira, poblaciones olvidadas por la acción del gobierno donde sólo llega la propaganda oficial, y la figura del cansado líder del proceso revolucionario se limita a afiches, pendones y las fotos que aparecen en la guarnición, todas tomadas cuando éste recorría el país, quizás en el año 1998 o 2000. El candidato oficialista decidió comenzar en el estado Aragua, para recordarles a todos los venezolanos, en su particular estilo de comunicarse con el país, que en caso de que le llegarán a faltar los votos, él cuenta con las bayonetas para seguir en el coroto.
Llama poderosamente la atención que en todos los actos que Henrique realiza a lo largo y ancho del territorio nacional, no existen grupos de choques, ni se levantan alcantarillas o aparecen cuerpos policiales defendiendo “la paz pública” alterada por sus seguidores, pero basta que se planifiquen actos en Caracas, específicamente en el municipio libertador, para que cualquier hecho descabellado surja alterando el normal desarrollo de las actividades de nuestro candidato, tal cual ocurrió este sábado en La Vega .
Qué diferencia existe entre Caracas y el resto del país? Por qué les asusta tanto que los caraqueños acompañen a Henrique en sus caminatas y escuchen sus propuestas?
La respuesta es sencilla. Ellos creen que manteniendo el control político y social de Caracas les permitirá seguir disfrutando de las comodidaes del poder. Ellos tienen una visión centralista según la cual, Caracas es Caracas y lo demás es monte y culebra. Por eso entran en pánico cuando en la capital se va la luz por 5 minutos, mientras que en el interior los apagones duran horas y a nadie le importa.
La miopía política les induce al error de que mientras den la sensación de que en el centro del poder político no pasa nada, la gente seguirá comiéndose todas las cobas y apoyando sus planes demenciales de salvar el planeta y convertir a Venezuela en una potencia armamentística aunque no existan industrias ni inversión en innovación o tecnología.
Además, habría que añadir la enajenación del ser supremo de la realidad del país. Parece que le aburre hablar con los venezolanos cara a cara. Ya lo expresó hace días durante el acto de graduación de los oficiales de las FANB “yo no tengo tiempo para hacer campaña, estoy ocupado en gobernar”. Es decir ni lavan ni prestan la batea, ni gobiernan, ni hacen campaña y no dejan que @hcapriles haga lo suyo en la capital.
Todo indica que el avance arrollador que comienzan a reflejar las encuestas y la calle de la candidatura de @hcapriles los va a llevar a intensificar el escenario de confrontación. El miedo a perder el cambur los llevará a mostrar su cara gorila y fascista. Nosotros tenemos un foco y una misión, unificar el país y garantizar la paz y la prosperidad y de ahí no nos van a sacar. El gobierno en su estrategia del odio y confrontación terminarán mordiéndose la cola.
Caracas ha venido demostrando su enorme deseo de superar esta situación de enfrentamiento e inseguridad. La capital siempre ha sido rebelde y ha liderado los cambios políticos y las transformaciones sociales desde la época de la independencia. No es fortuito que nuestro himno nacional recoja la expresión “seguid el ejemplo que Caracas dio”. Por más torpezas y obstáculos, no van a torcer la voluntad de la gente. Los caraqueños, así como los venezolanos en su conjunto, van a hacer lo que les dicte su conciencia y no lo que quiera el gobierno.
Por Carlos Enrique Valero / @carlosvalero08